sábado, 20 de diciembre de 2008

¿Quieres leer en el desierto del Principito?

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En realidad, y por si a alguien le apetecía regalarlo en Reyes, sólo venía a recomendar el libro de la imagen. Un precioso libro de Gonzalo Moure escrito para niños, a partir de diez o doce años y, como cada vez que un libro invita a pensar, para no tan niños.

Y a dejar su reseña:

Lucía Alfaro todavía conserva el cuaderno de tapas negras de su niñez, en el que anotó con detalle las observaciones que realizó en un bosque de hoja caduca. Lucía rememora aquel verano, en el que disfrutó de la compañía y la amistad de Tsipi, el ruiseñor que vivía en el claro del grosellero, y que le permitió abandonar la infancia sin olvidar quién fue y descubrir que, tanto para el hombre como para el pájaro, la vida es aprendizaje, dolor, amor y muerte. Lo vivido y lo soñado en la infancia tiene en el recuerdo el camino para recuperarlo, y en la escritura, el medio para transmitirlo.

Pero, ocurre casi siempre que, detrás de cada libro que encandila se encuentra un escritor magnífico. Por eso, además de la reseña del libro, enlazo con el lugar donde encontré a Gonzalo Moure "escriviviendo".

A todos los niños les encanta ver llegar el bibliobús a la puerta del colegio. Tiene tantas estanterías cargadas de sueños guardados en libros...El que aparece en el blog de Gonzalo es diferente.



Lleva la ilusión, los sueños y los libros hasta aquel lugar donde, en tiempos, apareció el Principito. No sé si ya se habrá hecho tarde para apuntarse y seguirlo pero se necesitan voluntarios y puede que salgan nuevas expediciones en lo sucesivo. Sólo tienes que informarte, por si te interesa cuelgo el cartelito.


miércoles, 17 de diciembre de 2008

Gemínidas

"Cuento de Navidad" Ray Bradbury


El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque pasaba unos pocos kilos del peso máximo permitido y el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando éstos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.

-¿Qué haremos?

-Nada, ¿qué podemos hacer?

-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!

La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso.

-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.

-¿Qué...? -preguntó el niño.

El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer "día". Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:

-Quiero mirar por el ojo de buey.

-Todavía no -dijo el padre-. Más tarde.

-Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.


-Espera un poco -dijo el padre.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.

-Hijo mío -dijo-, dentro de medía hora será Navidad.

La madre lo miró consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios.


-Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.

-Sí, sí. todo eso y mucho más -dijo el padre.

-Pero... -empezó a decir la madre.

-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.

Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.

-Ya es casi la hora.


-¿Puedo tener un reloj? -preguntó el niño.

Le dieron el reloj, y el niño lo sostuvo entre los dedos: un resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el momento insensible.

-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?

-Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.

-No entiendo.

-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado.

Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.

-Entra, hijo.

-Está oscuro.

-No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.

Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

-Feliz Navidad, hijo -dijo el padre.

Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas.


Las Gemínidas encienden el árbol de Navidad del Planeta Tierra y dan entrada a las fiestas. Del 7 al 17 de Diciembre pueden observarse, a simple vista, desde el Polo Sur. Por desgracia, este año, la Luna ha estado en su fase de Luna Llena.

¡ Que nos iluminen por otros muchos !

¡¡ FELICES FIESTAS !!


lunes, 15 de diciembre de 2008

Camuflaje




Nicole es una salamanquesa amarilla que vive, desde hace tiempo, escondida en un agujerillo de la terraza. Sale, a veces, por las noches, cuando ya nadie hace ruido y ella cree no ser vista, a cazar mosquitos y polillas. También le gusta tomar el sol en los momentos en que no se siente perseguida. Aunque su "broche" se camufla fácilmente en los colores de paredes blanquecinas, si presiente que la miras se queda muy quieta observándote, tras su pupila de orientación vertical, a la expectativa.

Si deseas que permanezca un rato en tu compañía, del mismo modo que ella, debes quedarte muy quieto/a mirándola e intentar convencerla, en voz bajita, de que no vas a hacerle ningún daño. No te distraigas ni gires la cabeza hacia ningún lado porque cuando quieras volver a mirarla ya se habrá escondido en su guarida.


Hoy, esta gran aliada de los jardineros, ha llegado aquí, confundida entre el frío y la nieve, para despedirse hasta la próxima primavera. No le gustan los rigores del invierno pero los ha sorteado porque, a fuerza de paciencia y ritos, sabe que tiene una amiga que se llama Irina.



domingo, 14 de diciembre de 2008

Una tentación


“¿CÓMO ES POSIBLE QUE UNA PERSONA QUE VIVE HOY SEA IDÉNTICA A OTRA QUE VIVIÓ HACE DOSCIENTOS AÑOS?” ANA MARÍA MAYA, IMPORTANTE BAILAORA GITANA Y DESCENDIENTE DEL HISTÓRICO CANTAOR GADITANO EL PLANETA, ES EL MISTERIOSO HILO QUE NOS CONDUCE HASTA EL SORPRENDENTE FINAL DE ESTA NOVELA, DONDE NADA DE LO QUE SUCEDE OSE DICE ES LO QUE PARECE SER. SI ESE ÚLTIMO REDUCTO ECOLÓGICO DE LAS ISLAS FIDJI ES PROTAGONISTA DE LA PRIMERA PARTE, Y EN DONDE ESE ASIENTAN LAS BASES PARA EL POSTERIOR DESPEGUE DEL MISTERIO, ESPAÑA LO ES DE LA SEGUNDA, EN DONDE EL PINTOR GOYA Y EL ROSTRO DE SU MAJA JUGARÁN UN PAPEL FUNDAMENTAL EN LA TRAMA. JOSTEIN GAARDER EN EL MUNDO DE SOFÍA PRESENTABA, DE FORMA AMENA Y DIDÁCTICA, LAS DISTINTAS CORRIENTES DEL PENSAMIENTO EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, PERO EN MAYA VA AÚN MÁS LEJOS. CON EL SUSPENSO DE LA TRAMA, EL AUTOR NOS EXPLICA LA EVOLUCIÓN DE LOS VERTEBRADOS Y DEL UNIVERSO A PARTIR DEL BIG BANG, ASÍ COMO TODA UNA TEORÍA SOBRE LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO, Y NOS PLANTEA SI EL UNIVERSO TIENE UNA FINALIDAD CONCRETA O NO. ENTRE LOS DISTINTOS PLANTEAMIENTOS FILOSÓFICOS QUE NOS SUGIERE, ESTÁ RECOGIDA TAMBIÉN LA IDEA HINDÚ DE LA MAYA, ESA ILUSIÓN QUE CREA UNA IMAGEN FALSA DEL MUNDO EN NOSOTROS Y QUE NOS IMPIDE PERCIBIRLO TAL COMO ES.


Cierto que el libro cuenta ya sus años pero, es lo que tiene la magia de la Navidad, te lo sacan al escaparate guiñándote y terminas por comprarlo. Mucho más cuando está editado, como libro de bolsillo, con esta tentadora portada y por menos de 10 euros. Es, entonces, cuando dices: "voy a echarle un vistacillo" y te encuentras allí dentro con alguna que otra calle de Madrid, Sevilla o Salamanca, además de con algún personajillo conocido, y deseas saber cuál es la idea que tiene el autor sobre la "ilusión" de la maya y todo aquello sobre la teoría del Big Bang y... no puedes evitarlo...

Y te lo regalas por Navidad como los turrones.
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viernes, 12 de diciembre de 2008

Gas y luz, luz de gas, gusy luz


Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

Rosalía de Castro "Negra sombra"


- ¿A que es cierto que existen los Reyes Magos?

- ¿Por qué me lo preguntas?

- Porque algunos niños dicen que son los padres.

- ¿Y tú, qué piensas?

- Yo creo que sí existen, pero como son muchos los que me lo han dicho, ya lo estoy dudando.

- Verás, algunas veces, no es cuestión de que sea cierto o de que no sea cierto, sino de lo que uno quiere que sea. La magia no tiene nada que ver con la realidad.

- Entonces, yo voy a seguir creyendo no sea... que no me vayan a traer ningún juguete. ¿Tú, qué les vas a pedir?

- Este año un Gusy Luz, como cuando era pequeña.

- ¿Tienes miedo por las noches?

- Miedo a la oscuridad, no. Pero creo que tener uno es una buena idea para pagar menos en la factura de la luz, o para apretarle el botoncito y que suene la música cuando quieran hacerme luz de gas o no me crean...

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lunes, 8 de diciembre de 2008

A tu manera especial



Génesis "Wind & Wuthering"

Who Has Seen The Wind ? (¿Quién ha visto el viento?)

Who has seen the wind ? (¿Quién ha visto el viento?)

Neither I nor you: (Ni tú ni yo:)

But when the leaves hang trembling, (Pero cuando las hojas cuelgan temblorosas,)

The wind is passing thro'. ( El viento está pasando.)

Who has seen the wind ? (¿Quién ha visto al Viento?)

Neither you nor I: (Ni tú ni yo:)

But when the trees bow down their heads (Pero cuando los árboles inclinan sus cabezas)

The wind is passing by. ( El viento está pasando.)

Christina Rossetti

Un poema de Christina Georgina Rossetti parece ser que inspiró a Mike Rutherford para escribir la letra de la tercera canción del álbum "Viento y borrasca". Your Own Special Way es una preciosa balada que me llegó a través de un amigo de los que se fueron y que escucho hoy, después de tanto tiempo. Aunque no tuvo tanta aceptación como otras muchas canciones de Génesis quiero dedicársela a la otra María (la sevillana), como postalita navideña de invierno, por tantos abrazos suyos.

Whose seen the wind not you or I, (¿Quién ha visto al viento?, ni tu ni yo,)

But when the ship moves she's passing by. (Pero cuando se mueve el barco, ella pasa por ahí.)

Between you and me I really don't think, (Entre nosotros dos realmente no creo,)

She knows where she's going at all. (Que ella sepa hacia donde se dirige.)

Y no, puede que ella, como yo, tampoco sepa hacia dónde se dirige pero llegará a buen puerto, eso le deseo. ¡Y un abrazo inmenso!



sábado, 6 de diciembre de 2008

Diciembre, jardín de invierno

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Llega el invierno. Espléndido dictado me dan las lentas hojas vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve, una espaciosa mano, una pradera, un círculo que espera, pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje, ardió después el trigo constelado por flores rojas como quemaduras, luego llegó el otoño a establecer la escritura del vino: todo pasó, fue cielo pasajero la copa del estío, y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado, como ayer con las yedras de mi infancia, que la tierra extendiera sus alas en mi amor deshabitado.

Yo supe que la rosa caería y el hueso del durazno transitorio volvería a dormir y a germinar: y me embriagué con la copa del aire hasta que todo el mar se hizo nocturno y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora tranquilizando su interrogatorio, extendida la piel de su silencio.

Yo vuelvo a ser ahora el taciturno que llegó de lejos envuelto en lluvia fría y en campanas: debo a la muerte pura de la tierra la voluntad de mis germinaciones.

"Jardín de Invierno" Rubén Darío

Cada año cuando se encienden las luces de la Navidad, los turrones y las postales me pongo a temblar. Pronto se irá otro año que, con toda la impotencia al no poder cambiarlo, para mí no fue bueno. Varios puntos de referencia se marcharon para no volver jamás y, en estos días más que nunca, les echo de menos.

Vivas, en el recuerdo, quedaron aquellas otras Navidades en las que ni vislumbraba el atisbo de la tristeza que sentían, podría asegurarlo, aquellos que me rodeaban. Por ellos, y por los que me llegaron más tarde, voy a intentar, aunque tenga que hacerlo agarrada a mi mantita, que quienes ahora me rodean puedan tener, un día en el recuerdo, las suyas propias tan felices como lo fueron las mías.

Por eso, cuando todo termina, cincelaré dentro de mí aquellos versos que escribió Miguel Hernández:

Lo que haya de venir, aquí lo espero

cultivando el romero y la pobreza.

Aquí de nuevo empieza

el orden, se reanuda

el reposo, por yerros alterado,

mi vida humilde, y por humilde, muda.

Y Dios dirá, que está siempre callado.

¡FELICES RECUERDOS!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

"Cinta transportadora"

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Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.

Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!

Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?

Y, sin embargo —esto es un don—, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.

"Don de la ebriedad" Claudio Rodríguez.


Desde el pasado día 22 de Noviembre,espero que se publique pronto"Cinta transportadora" . Supe, por el diario de mi ciudad, que el galardón del 'VII Premio de Poesía Claudio Rodríguez' le ha sido otorgado al poeta y cantautor Ángel Petisme y me alegré enormemente. Para que voy a decir más, son varias las coincidencias. Claudio Rodríguez fue (es) uno de los poetas con los que crecí (crezco) y a Petisme lo descubrí en otra serie de coincidencias no menos gratas.
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Con gran ansia he buscado, desde entonces, algún poema de su libro inédito y, hoy, me he encontrado con el que abrirá el poemario:

"Cinta transportadora"

Mi corazón es una tarjeta de embarque
a un cruce de caminos del círculo polar,
a un Gran Silencio que me busca los labios.
Sin gallos que le despierten,
sin kiwis al desayuno. Sin piedad.
Mi corazón es un fósil astral.
Una maleta no reclamada
que gira en la cinta transportadora.

¡Enhorabuena! ¡ Es precioso! Espero que el autor no me regañe por haberlo incluido en el blog porque, desde ahora, también él estará entre mis poetas favoritos.
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viernes, 28 de noviembre de 2008

Las tardes que alcanzábamos el cielo


Yo conozco dos secretos que te guardas bajo llave, es que tuve dos maestros; señor libro y señor calle, el Cuentacuentos.

Miré alrededor como si fuera un naúfrago, me senté a descansar como si fuera un pájaro, encendí mi cigarro como si fuera el único, y así me sentí libre como si fuera verano, hablé conmigo mismo como si fuera un sueño, abracé a mi familia como si fuera el último, cerre fuerte mis ojos como si fuera un rey, y seguí mi camino como si fuera un vagabundo.

Me senté a descansar como si fuera un vagabundo, encendí mi cigarro como si fuera el último, y así me sentí libre como si fuera un sueño, hablé conmigo mismo como si fuera un náufrago, abracé a mi familia como si fuera el único, cerré fuerte mis ojos como si fuera un pájaro, y seguí mi camino como si fuera verano.

Sí, el Cuentacuentos.

Nach Scratch

Eran tardes de rayuela, de amarelinha, de castro y de truque. Sin más equipaje que dos piernas saltarinas, un tejo o un canto rodado viajábamos hasta el cielo y aún no lo sabíamos. Varios nombres para una misma rayuela dibujada de distintas formas. Cada rayuela era una búsqueda.

Igual que Horacio Oliveira se buscaba, en la sabiduría, en la Rayuela de Cortázar; unas veces en el "lado de allá" y, sin él saberlo, en la inocencia de La Maga; otras veces en "el lado de acá" y en Talita que se la recordaba; nos buscábamos nosotros entonces, también sin saberlo. Cuando, al fin, nos enteramos, fuimos conscientes de que la búsqueda jamás terminaría; o de que, tal vez, ya nos habríamos ido cuando finalizara. El cielo queda lejos, se hacen torpes las manos para tirar el tejo en la casilla acertada, se fatigan las piernas saltando a pata coja, las líneas cada vez están más desdibujadas. Sin embargo, hasta el final hay que seguir buscando, hay que intentar captar el momento de lo maravilloso.

Algo más escribiría pero me están llamando para que salga a jugar rayuela, han dibujado una muy grande en la plaza.

martes, 25 de noviembre de 2008

Porque no debe ser cosa un día...


Escucha niña, cuando te alaben llamándote bella,
o te humillen llamándote fea, no escuches a nadie.
Sólo quieren encerrarte en el espejo de una soledad diferente.
Tú debes vivir, no debes agradar, la belleza está en la vida.

Cuando te leen Caperucita Roja, te quieren mostrar el miedo
de escoger por ti misma el camino.
Estate atenta, niña, los verdaderos lobos
son todos aquellos que matarán tu libertad.

Cuando te leen Blanca Nieves es para convertirte en sirvienta,
aunque sea de un hombre tonto y enano. Rebélate, niña !!
es humillante servir si no es un gesto recíproco.

Cuando te leen la Bella Durmiente te están inyectando
un potente veneno para frenar tus ideas,
así, cuando seas mayor, un hombre sin muchos problemas será
dueño de tu cerebro. No te duermas, niña !!

..........

Cuando te enseñan a vivir triste, prueba la locura, niña.
El dolor es una realidad que se debe afrontar cuando se presenta,
no un valor sobre el cual edificar la vida.

Mucha suerte, niña (Maria Teresa D´Antea)

domingo, 23 de noviembre de 2008

Desenlace

Sus almas son hoy

dos almas rojas

y es su corazón

el que está verde.

"Árbol rojo" Gazpacho.

Sin haber amanecido aún, el timbre del despertador alerta a María. Se topa con ella misma, se hace un lío, está cansada, no le apetece levantarse. Ha pasado la noche entera caminando, ciega y sorda, nunca muda, por el parque al encuentro de su arce. Desde lejos ha observado como un viento triunfante le hace perder las hojas, no obstante la alfombra roja que abriga sus raíces es hermosa, incluso así, no se ha atrevido a aproximarse. Él, como cada martes que ella lo intenta, continúa distante.

Desperezándose toma una ducha fría, rápida y reconfortante; prepara un café amargo y fuerte para el desayuno; enciende el ruido de la televisión, que anuncia tiempo frío e inestable y montones de desastres, como acompañante. Mientras, piensa en cuánto le apetecería quedarse durmiendo hasta más tarde y recuerda la noche vivida, ciega y sorda como ella, que no consiguió acercarle a su arce.

De camino al trabajo su cabeza va llena de preguntas e imágenes. ¿Quién dijo que la esperanza se pinta de verde? La suya fue roja con forma de arce. ¿Quién, que no oyen los sordos? Ella escuchó violines en el parque. ¿Quién, que se sueña en negro y blanco? ¿Por qué, entonces, sintió en la retina aquel rojo penetrante?

Cada mañana, para tomar el autobús que la lleva al trabajo, María tiene que atravesar un parque. Cerca del estanque, donde nadan los patos, crecen dos arces. En la mañana del desenlace los mira de reojo, con una abierta sonrisa expectante.

- ¡Buenos días, María! -oye que dice uno de ellos.

- Buenos días, Olmo- le responde.

- ¿Porque me llamas Olmo? Soy Arce.

- No creas, existe mucho olmo disfrazado de arce.

- No entiendo lo que dices.

- Que pases un invierno inmejorable, Arce.

A vueltas con Babia

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Puente sobre el Luna en la carretera de León a Oviedo.
Es preciso cruzarlo para entrar en Babia.

Bar-Restaurante "El Moriscal"en Huergas de Babia.
Toma su nombre de la llanada en la que al Cid enamoró Babieca por afrontar la ventisca de cara.
¡Estás en Babia!
*
¡Ya casi es invierno! Una alegría volver a recordar los parajes de una de mis entradas con la misma nostalgia. Gracias a ti, José Luis, he vuelto a Babia, a las dos babias, la que podría ser azul y la que pronto será blanca. Será todo un placer regresar en el 2009 para visitar la realidad del Parque Natural de Luna y Babia. Hasta entonces, muchas gracias.
*
Y si fuera un bar,
me quedarí­a,siempre,el último al cerrar
y ayudarí­a a recoger,
si hiciera falta, por estar
un rato más.
*
Lagarto Amarillo. "Babia"
*****

jueves, 20 de noviembre de 2008

Para quien entienda de abrazos


© Texto Maria Baranda - © Ilustraciones Cecilia Varela
Ediciones El Naranjo


Conocí a la ilustradora argentina que se inspira en las nubes, Cecilia Varela, gracias a los niños, por otro de sus libros ilustrados: "Universo de palabras" poemario infantil de Eduardo Carrera, también publicado en Ediciones El Naranjo y distribuído en España por la editorial Fondo de Cultura Económica. Los dibujos, que llegan más allá de las palabras, dan sentido al titulado: "¡Un abrazo!", estoy esperando que se publique aquí para regalármelo. Esto fue lo que me ha llevado hasta el blog, que hoy enlazo para aquellos que crean que un abrazo no debe darse de cualquier manera. Una muestra más de que las coincidencias existen, basta con mirarlo. ¡Enorme placer, para mí, encontrarlo!

Uno de los poemas que me llevó hasta ella:

"La rana Filomena" Eduardo Carrera

En el agua yo he nacido,

fui soprano de repente.

Eso sí, aunque lo intente,

no me sale ni un chiflido.

.

Me zambullo sin calzones

salpicando a las tortugas

que se miran las arrugas

con sus ojos juguetones.

.

Si ligera fue la cena,

canto y salto sin cansarme.

Permíteme presentarme:

soy la rana Filomena.

Y ¡un abrazo!


martes, 18 de noviembre de 2008

Una ilusión

"El arbol rojo" Shaun Tan

Hoy tenía que terminar el relato de María pero ella se niega a darle fin. Rebuscando en mis estanterías encontró un cuento, que el mundo entero debería tener, y ella misma se lo regaló. Se trata de "El árbol rojo" un librito del autor australiano Shaun Tan, uno de mis ilustradores preferidos, que despierta sentidos. Como casi todos los libros que no sólo son para niños, se puede encontrar en la sección infantil de las librerías. Aquí os dejo el motivo y el por qué de un final que ya estaba escrito y se demoró.

¿Quién dice que la esperanza se pinta de verde, que morir es cuestión de vivir?

¡Regálatelo!

domingo, 16 de noviembre de 2008

Leyendo entre líneas

El teléfono dice que estás viva pero sólo veo distancia.

Me intoxican los kilómetros que hay entre tu piel y Madrid.

Es domingo y no hay balones que me den el aire que me falta.

Hoy sólo funcionan mis pulmones si tomas aire por mí.

Le he cambiado de ropa a la pena

para ver si así se acuerda de que hoy le tocaba sonreír.

"Cómo decirte" Marwan

El día de mi cumpleaños, alguien que me quiere mucho me regaló el último disco de Marwan dedicado por él. En la dedicatoria, además de lo típico: "Felicidades. Un beso", se podía leer una bonita frase aludiendo a la persona que me lo regalaba. ¿Cómo has podido escribir algo sobre mí? -le dijo- ¡Es su cumpleaños, no el mío! A lo que él respondió: Supongo que, a ella, es lo que más le gustará leer, por eso lo escribí. Y sí, no se equivocó, siempre he creído que lo mejor de un regalo no es el obsequio en si, sino quien te lo hace. Lo que más gratamente me sorprendió de todo fue que, alguien que estaba viviendo el momento emocionante de la presentación de un disco, dejara a un lado su promoción para dar mayor importancia a un sentir.

Sólo eso, de alguna manera tenía que buscarle algún color y una sonrisa a esta tarde de domingo, más pesada que una losa, que ni siquiera me permite escribir.

jueves, 13 de noviembre de 2008

El color con que se mira





En la estación de los colores de Van Gogh, buscando acordes para el corazón, he llegado hasta el nuevo sencillo de Amaia Montero. "Quiero ser". Bueno, ¿qué decir? ni menos, ni más; exáctamente igual. En su día me gustó el grupo, después pensé que se había quedado anclado en el mismo soniquete y ahora compruebo que Van Gogh tiene dos orejas. No sé si lo he mirado con las gafas adecuadas pero mi endotelio no ha sufrido ninguna alteración. Igual soy injusta y se trata de un menú excelente, lo cierto es que a mí me cansa bastante la repetición. Es monótono que un artista pinte siempre el mismo cuadro en distinta versión.


Así que hoy no me queda otra alternativa que procurarme un pedacito de chocolate negro y algún poema que, aunque con el tiempo he aprendido que, no pertenece a Borges, igualmente va bien para la salud del corazón.


CON EL TIEMPO (Autor/a desconocido)


Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma; y uno aprende que el amor no significa acostarse y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...


Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.


Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.


Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.


Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.


Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.


Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.


Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.


Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.


Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.


Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.


Con el tiempo te das cuenta de que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.


Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.


martes, 11 de noviembre de 2008

Porque siempre amanece

-
VII "Alberca Blues" BEN CLARK

Nada da tanto miedo como el frío.
Recuerdo la primera vez que unidos,
respirándonos mutuamente –suerte
de extraña criatura entre la lluvia-
sentimos el poder de nuestro abrazo.
La noche en que sentimos que la noche
nada podía hacer para matarnos.
Que habíamos vencido.
*
Que el plomo caería desde un luto
altísimo y nosotros allí, como
si nada; como quien oye llover.

Habíamos vencido y como siempre,
siendo primos hermanos la alegría
y el olvido, olvidé el miedo que daba
estar en una calle tiritando,
como estoy hoy sin ti.

Nada da tanto miedo como el frío.

"La tormenta de nieve" BEN CLARK

Dejar de amarte tanto todo el tiempo,
extrapolar la vida de la tinta
y salir a la calle a ser un hombre
más, un hombre feliz, a poder ser.
Y si no, simplemente un ser humano.

Con eso bastaría,
con tener libertad para dormir,
comer lo suficiente para andar
un poco sobre el suelo, y en otoño
no ver más que hojas secas en los árboles,
que más tarde la nieve
no sea más que nieve si es invierno.
-

Dos fotografías de la película "Una amistad inolvidable" y su reseña: Una mañana de otoño, en el recodo de un camino, una niña percibe a un zorro. La visión le fascina y, dejando atrás todos sus miedos, va a su encuentro. Las barreras que separan a ambos desaparecen.

Dos poemas del ibicenco, afincado en Salamanca, Ben Clark de su libro "Los hijos de los hijos de la ira" que recientemente, por coincidencia con el título de Dámaso Alonso, encontré y quiero dedicar a María por el simple hecho de ser martes y estar muy cercano el amanecer.



sábado, 8 de noviembre de 2008

A la luz de las velas

Restaurante en Toledo de cuyo nombre no puedo acordarme

Siempre que biene el tiempo fresco, o sea al medio del otonio, a mí me da la loca de pensar ideas de tipo eséntrico y esótico, como ser por egenplo que me gustaría venirme golondrina para agarrar y volar a los paíx adonde haiga calor, o de ser hormiga para meterme bien adentro de una cueva y comer los productos guardados en el verano o de ser una bívora como las del solójicO, que las tienen bien guardadas en una jaula de vidrio con calefación para que no se queden duras de frío, que es lo que les pasa a los pobres seres humanos que no pueden comprarse ropa con lo cara questá, ni pueden calentarse por la falta del querosén, la falta del carbón, la falta de lenia, la falta de petrolio y tamién la falta de plata, porque cuando uno anda con biyuya ensima puede entrar a cualquier boliche y mandarse una buena grapa que hay que ver lo que calienta, aunque no conbiene abusar, porque del abuso entra el visio y del visio la dejeneradés...

César Bruto (Carlos Warnes) "Lo que me gustaría ser a mí si no fuera lo que soy" (capítulo: Perro de San Bernardo).

Hace un año que se creó este blog. Soy demasiado inconstante, nunca sospeché que duraría tanto. No soy escritora y prefiero leer, entre otras cosas que estoy olvidando. Por eso, en un día cualquiera de noviembre debería morir como bitácora, para ello y como epílogo, tenía preparado el preámbulo de "Rayuela" que hoy publico. Sin embargo, para hacerlo, debería suprimir todas, y cada una, de las entradas y hacerla desaparecer sin dejar rastro. ¿Pero cómo matarla siendo hija mía? ¿Cuándo y dónde podría yo desvariar tanto?

Ayer mismo me enteré de que la CNE (no lo enlazo por si ocaso) nos quiere subir las tarifas eléctricas un 31%. Escribir, como Cervantes, a la luz de las velas me está tentando. Hace poco, supe también que los expertos han comprobado que el menú de Da Vinci, en su cuadro La Última Cena no fue cordero pascual, como era de suponer, sino "Anguila a la parrilla con rodajas de naranja" (plato que al genio le encantaba). Entonces también se cenaría a la luz de las velas, me sigue tentando. Por último, digo yo, que escribiendo con luz tenue, a través de internet, se podrán dibujar sombras chinescas como las que hacía siendo niña... y me tienta, me tienta. Pero lo que más me seduce, sobretodo, es la foto del restaurante en Toledo. Dicen que no hay mal que por bien no venga.

¿Suprimir este blog? ¿Para qué? ¿Tal vez si llega el apagón y no queda remedio? Lo estoy pensando... Me voy al cine, mientras tanto.


jueves, 6 de noviembre de 2008

El sonido de un martillo



Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que nunca quieras vivir tanto como vives.
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron
pero nunca te olvides de recordar las cosas que te alegraron.
Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos
pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron contigo.
Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron
pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.
Que el día más triste de tu futuro no sea mayor a la felicidad del día más feliz de tu pasado.
Que nunca se te venga el techo encima y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan.
Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer,
una luna llena en una noche oscura,
y que el camino siempre se abra a tu puerta.
(Antigua bendición irlandesa)

Cierto que no estamos a 17 de marzo pero no todos los días se encuentra un trébol de cuatro hojas. Gracias a la chiquillería, he recordado una de mis leyendas preferidas, la del Leprechaun (trasno, en versión de mi tierra), un tipo de duende de la mitología irlandesa. El travieso anciano que se dedica a clavetear zapatos, aunque entregue sólo uno, y a custodiar vasijas repletas de tesoros ha conseguido que vuelva a escuchar el débil sonido de su martillo, procedente del bosque, al releler con los niños El duende a rayas de María Puncel.


Prometí, en otra entrada que parecía no venir a cuento, decir cómo me iba con ellos, con los "duendes" (los niños), resulta que no lo son tanto como yo pensaba. Los personajes de sus fantasías son, ahora, los de las series de las televisiones y he creído que un buen libro donde aparecen duendes de todos los colores: el malvado duende negro (que termina siendo bueno, a fuerza de cariño) e, incluso, ¡un duende a rayas! que disfruta, como un niño, haciendo mil disparates, sería divertido para hacerles sospechar que algún duende negro, al que nunca nadie quiso, les está robando la infancia que ellos se merecen.

No sé si daré en el clavo...