viernes, 29 de febrero de 2008
¿Sensibilidad o instinto?
miércoles, 27 de febrero de 2008
Buscando el espejo del agua
(¿Recuerdas
El nardo de la luna
(¿Recuerdas
domingo, 24 de febrero de 2008
Atrapados en gris
- Buenos días – dijo el vendedor.
Era un vendedor de píldoras perfeccionadas que calman la sed. Se toma una por semana y no se siente más la necesidad de beber.
- Por qué vendes eso ? – dijo el principito.
- Es una gran economía de tiempo – dijo el vendedor. – Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos ?
- Se hace lo que se quiere...
"Yo - se dijo el principito – si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría lentamente hacia una fuente..."
miércoles, 20 de febrero de 2008
De los almendros, almendras.
- Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
- Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.
- Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
- No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
- No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que haya pedido su consentimiento.
- No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
- No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
- No ha de hacer ruidos ni bufidos ni se permitirá dar codazos.
- No ha de poner el dedo en la nariz ni en la oreja mientras está conversando.
- No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
- Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa.
Además, para evitar que nadie se viera tentado a limpiarse en las vestiduras de su vecino, inventó las servilletas y, como no, para mantenerlas limpias y que secaran pronto diseñó la secadora de servilletas.
El caso es que hoy ha caído en mis manos una de sus recetas de cocina. Sí, sí, también escribió recetas:
PUDIN DE MOSQUITO BLANCO
Trocead almendras bien peladas con una pizca de flores de saúco y pasadlas por el colador.Calentadlas lentamente sobre el fuego durante media hora, añadid miel, una pechuga de capón hervido y machacadlo todo. Rociadlo con agua de rosas y servidlo inmediatamente.Este plato precisa de larga digestión y no es bueno para las personas que sufren de cólico o gripe. Pero es bueno para los que tienen la peste. Y aquellos que me pregunten por qué es así llamado (el plato), no podré darles razón (no podré explicarlo).
Y, entrándome la curiosidad por resolver el enigma del título, he recordado esta leyenda:
Cuentan que en la Alhambra vivió una princesa que había nacido muy lejos de Granada, en León, donde mucho nieva. Y, cuentan, que aunque era feliz, añoraba la nieve de su tierra. Su esposo, el Sultán, sentía pena por ella y se preguntaba cómo podría él poner remedio a su mal.
Un día ordenó traer de países lejanos unas semillas que plantó en todo el reino. De ellas crecieron árboles que nadie había visto antes y, por estas fechas, se llenaron de preciosas florecillas blancas. Los árboles eran almendros , nieve para la princesa.
Ya florecen los almendros, y aquí estás tú para verlo.
sábado, 16 de febrero de 2008
Canciones sin cuna
miércoles, 13 de febrero de 2008
Controvertida leyenda
"TROYA"
No estuviste en Troya, Helena;
tus pies no conocieron esa tierra.
La guerra se inició allí
por el fuego de tanto deseo.
Más que nadie te amó Homero
para urdir ríos de palabras
en el nombre de tu ausencia,
para ver la acumulación de las armas
donde no había nadie,
para ver el tumulto de las naves
donde no había nada.
Mucho debió amarte para imponer tan duro cerco
a toda una ciudad,
para arrancar de la voluptuosidad de sus vinos
y de sus lechos
a tanto dios vengativo,
a tanto héroe desdichado.
Cuánta sangre, Helena, cuánto sudor
para trepar los muros inexistentes.
Cé Mendizábal. La Paz (Bolivia)
Ésta podría ser parte de la leyenda de una de las nueve Troyas . Nada tiene de relato histórico aunque, por ello, no sea menos cierta. Representa, como cada Troya, el final de grandes héroes, desafortunadamente no, de grandes contiendas.
A los grandes de Grecia les bastó, para unirse, una excusa pequeña: el adúltero amor entre Paris y Helena. No podían permanecer impasibles ante el "rapto" de la esposa de su amigo, era necesario limpiar el honor espartano; se aliaron y zarparon con sus ejércitos para humillar a Troya y salvar a la reina.
Evidente es, que si cada persona lleva en su interior una troya, los personajes que alimentaron ésta llevaban consigo la suya propia, conociéndola o desconociéndola. Hacía tiempo que, bien por la ubicación privilegiada de Troya en el Mar Egeo desde donde se divisaba la estrecha franja del Helesponto, o bien porque los troyanos cobraban impuestos a quienes querían cruzar por sus mares buscando otros mares, los aqueos "la tenían ganas" e hicieron sonar los tambores de guerra por una manzana dorada, semejante a la fruta prohibida de Eva. Al parecer la mezcla de amores, dioses y manzanas suele traer malas consecuencias.
Todo comenzó cuando Eris (Discordia), que no fue invitada a la boda de Peleo y Tetis, acudió dispuesta a que no se notara su ausencia y lanzó la manzana dorada a la mesa que presidían Hera, Afrodita y Atenea con una dedicatoria: "Kallisti" (para la más bella). Sin llegar a ningún acuerdo, las tres se la disputaron decidiendo interrogar a los dioses para que decidieran. Pero los dioses son como los hombres, en cuestiones de guerras, y no queriendo entrar en polémicas le pasaron el marrón a Paris para que resolviera. El presuntuoso Paris se sintió halagado por la deferencia y se presentó ante las tres diosas rogando que le dieran razones convincentes para una elección buena. Fue el amor quien ganó todas las bazas, eligió a Afrodita porque le ofrecía ser recompensado con el amor de Helena.
En vista de que no fue raptada sino que huyó ella y, no de vacío, se llevó la mitad de la hacienda, surgen las preguntas:
¿ Puede Amor desatar una guerra en la que reinos, dioses y héroes luchen por el amor de una pareja?
¿Y Menelao por quién luchaba? ¿ El amor, el honor, o la hacienda?
¿Tal vez sea mejor dejarlo en leyenda?
sábado, 9 de febrero de 2008
Nostalgia de Babia
Si deseas pasear la Babia mágica (reserva de la biosfera), mirarte en los espejos de plata del río Luna, perderte en el gris casi-blanco de las montañas que, cerrando sus valles, abren puertas hacia el cielo. Si realmente quieres estar en Babia, tendrás que hacerlo en la comarca del noroeste de León que lleva su nombre, abundante en aguas, verdes praderas, rebecos, mastines y yeguadas. La Babia auténtica donde, otrora, los reyes de León tenían un palacio en el que disfrutaban, olvidándose de los problemas de estado, de largas temporadas de caza. De ahí puede que venga la expresión "estar en babia" que, ahora, dedicamos a la gente ensimismada o despistada.
Sin embargo, cuenta la leyenda que esta zona da y posee cierto efecto antiestrés, estando capacitada para crear en el viajero un estado mental independiente. ¡Ahí es nada! A quienes la visitan en el buen tiempo se les cambia a verde la mirada, escuchan sones de esquilas en sus oídos y al alejarse de ella la melancolía les alcanza. Fue allí donde el Cid, campeando por el "moriscal" quedó prendado de su caballo Babieca, pena que más tarde le acompañara en menesteres no tan dignos de alabanza. Cuenta también la leyenda, nunca la leyenda es manca, que sus habitantes, en invierno, evadida la mirada, entretienen sus noches en vela formando círculos alrededor de fuegos y fábulas.
Y, por eso, a mí me regresa, casi siempre en invierno, la nostalgia de Babia, de las dos babias. Tan distintas una de la otra y, a la vez, tan cercanas: Babia, la que penetra en los sentidos, babia, la que me acompaña, tal vez porque (citando a Luis Mateo Díaz, uno de los mejores escritores leoneses, gran conocedor de ambas): "No me conformo sólo con mi destino. Una parte crucial de lo que yo puedo vivir no me lo va a dar la vida, pero sí la imaginación."
Creo que el motivo de que me llegara tan profundamente la "Babia" de Lagarto, cuando la escuché hace años, se debió a toda esta serie de coincidencias. Y aunque la canción no está editada, tengo hoy la suerte inmensa de poder escucharla, grabada en una maqueta, como cada invierno en el que regresa el recuerdo de lo que para mí significan las babias. Las dos babias, la que podría ser azul y la que seguramente es blanca.
sábado, 2 de febrero de 2008
Recordando...
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