jueves, 25 de marzo de 2010

De transgresiones y regresiones primaverales.

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El jardín de las delicias. El Bosco

El Jardín De Tus Delicias de Ana Rossetti

Flores, pedazos de tu cuerpo;

me reclamo su savia.

Aprieto entre mis labios

la lacerante verga del gladiolo.

Cosería limones a tu torso,

sus durísimas puntas en mis dedos

como altos pezones de muchacha.

Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja

y es una caracola.

Ella sabe a tu leche adolescente,

y huele a tus muslos.

En mis muslos contengo los pétalos mojados

de las flores.

Son flores pedazos de tu cuerpo.


“Los devaneos de Erato” 1981

Ser pirata es la faceta menos conocida de las mujeres. Anne Bonny, Mary Read, Grace O´Malley, Ching Shih (la reina de los piratas chinos)...valientes, rebeldes, peligrosas. Se cuenta que demostraron más valor que muchos de los piratas masculinos y fueron, tal vez, las pioneras de una lucha sin cuartel en desafiar el orden establecido para conquistar su propio lugar en un mundo de hombres.

Pero el hábito no hace al monje, ni a la monja (supongo), no es necesario ir vestida de pirata para serlo como bien han sabido demostrar cientos de mujeres en la Historia. Tómese como ejemplo a Ana Rossetti, poetisa transgresora de la norma, autora de poemas llenos de referentes eróticos y, por tanto, prohibidos en nuestra pacata educación. Sin embargo en los círculos educativos la conocemos por sus baúles llenos de lápices, de momias, de lluvia, de piratas... y por sus aventuras de Viela Calamares, cuentos para niños que son un buen referente educativo para la convivencia y en contra del sexismo.

Así de naturales deben ser las cosas, señora ministra Aído. Ud. abrió la caja de los vientos con el "feminismo", esa nueva asignatura en las Universidades. Después, cada círculo político arrimó el ascua a su sardina hasta que su colega del Ministerio de Justicia apuntó que no se trataba de una nueva asignatura, si no de dar un paso más para que el "feminismo" y las políticas de género estén presentes en todos los niveles educativos. Esto no es ninguna novedad, supongo. A mi modo de ver, la tarea que deben asumir los gobernantes debe ser, justamente, la de no permitir que la desigualdad sea un hecho, y lo sigue siendo. ¡Háganlo realidad!

Por otro lado, entendiendo feminismo como antónimo de machismo, quisiera dar mi opinión. Somos muchas las mujeres a las que no nos gusta la palabra "feminismo" porque nuestra lucha no es una batalla encarnizada contra el bando contrario. No nos molesta demasiado el lenguaje machista como para tener que emplear términos, como "miembros y miembras", que pueden sonar ridículos, preferimos que el machismo no se haga efectivo sintiéndonos personas. Y estamos por una lucha igualitaria sin diferencias porque somos transgresoras de la norma y lo hacemos patente, a diario, en nuestra labor educativa. Así de sencillo, señora Ministra, nos consta que, aún, seguimos siendo piratas y no queremos caer en ninguna regresión.

lunes, 22 de marzo de 2010

Fueguito

"
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

El mundo. El libro de los abrazos. Eduardo Galeano

A pesar de haber optado por instalar una chimenea de marca francesa en forma de pirámide, libre de malos humos, que permite apreciar el calor desde cualquier ángulo del invernadero ha sido un invierno frío.

Aunque ya parece que quiere despuntar la primavera, el fuego sigue encendido y me sigo preguntando:

¿De qué clase será el mío que dio tan poco calor y alumbró tan poquito?

¿Igual la leña estaba verde?

¿Tal vez mala conducción de gases y peor tiro?

¿O bien era un fuego bobo en lugar equivocado?

Porque supongo, supongo que, sean como sean, los fuegos no alumbran de la misma forma en cualquier sitio. Sí, puede que fuera eso, que demos calor, o no, depende mucho de quien quiera calentarse en nuestro fueguito.

viernes, 19 de marzo de 2010

El vals del soldadito


Abstracción, rosa blanca. Georgia O´Keeffe


Algo pequeñito,
algo chiquitito:
una rosa blanca,
una caricia, un beso dulce y un perdón.

Algo pequeñito,
algo chiquito,
un gesto tierno,
una mirada, un abrazo, una flor.

Algo pequeñito,
algo chiquitito:
un simple te quiero
con dulzura, con cariño y con pasión.

Algo pequeñito, ou ou ooo...
Algo chiquitito, ou ou ooo...

En tus manos tienes la ocasión
hoy decides si quererme
o romperme el corazón.

Algo pequeñito,
algo muy bonito:
tu pelo al viento
que se enreda entre mis manos al calor.

Has sabido comprender
que las pequeñas cosas
son las que hacen esto arder.

Ahora trata de cambiar,
el resto de las cosas ya se arreglaran.

Algo pequeñito, ou ou ooo...
Algo chiquitito, ou ou ooo...

Es parte del tema que presentará Daniel Diges en Eurovisión. Detractora como soy de ese festival anacrónico, que no le hace gran favor a la música, no debería formar parte del blog pero, por casualidad, la escuché y confieso que me emocionó. Su letra, aunque simplona, es toda una filosofía de vida con la que comulgo y la puesta en escena de "El Soldadito de plomo" de Andersen me recordó todos los cuentos. Pasaron por mi imaginación el soldadito, la bailarina, Alicia, Amélie, Eduardo Manostijera y un sinfín de personajes que me hubiera gustado representar, en todo momento, aunque me haya olvidado, a menudo, de hacerlo.
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¿Cuánto ganaríamos en la moneda de la felicidad si aprendiéramos, de una vez por todas, a interpretar, como los mejores actores, guiones como el de la canción?

Claqueta y acción: Comienzo por darle las gracias y un abrazo a quien, queriendo o no, me llevó hasta ella. Sí, tengo que empezar por recordar que, desde hace bastante tiempo, hasta las cosas más nimias se me hacen gigantes y se me estaba olvidando lo que significa para mí lo pequeño.
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domingo, 7 de marzo de 2010

Mi zurdo invierno

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El hombre de Vitruvio. Leonardo Da Vinci

Cuando aún no existían ni zurdos ni diestros, cuenta la leyenda que los antiguos guerreros portaban, para protegerse, un escudo en la mano derecha y, para defenderse, una lanza en la izquierda. Si dos jefes de distintas tribus negociaban, arrojaban el escudo al suelo saludándose con la mano derecha pero seguían empuñando la lanza que sostenían con la izquierda. Puede que fuera ésta la razón de la relación de izquierdo con siniestro. Más tarde , y no porque dejáramos de usar el escudo y la lanza, más bien porque la forma de escudarnos y de agredirnos cambió con el tiempo : "Haz las cosas al derechas", se nos recomendó. De todos es bien sabido que durante años, y aún hoy, lo izquierdo es sinónimo de mal agüero: malo, si vuela una bandada de pájaros hacia la izquierda; malo, si te levantas con el pie izquierdo... incluso fue considerado sinónimo de locura y de brujería y, en Japón, motivo suficiente de divorcio.

El caso es que yo, haciendo el Carnaval, más que otras veces, resbalé con la gravilla y caí al suelo plantando la mano derecha de tal forma que se me rompió el radio muy cerca de la muñeca. Como de todo lo malo se debe sacar algo bueno, sabiendo que el hemisferio derecho del cerebro se ocupa del arte, de las sensaciones y de los sentimientos y rige la parte izquierda del cuerpo; me animé y pensé: "tiene que dar muchos frutos escribir con la izquierda, por unas semanas voy a tener la oportunidad de ser casi un genio".

Dicen que los zurdos son mucho más sensibles y creativos que los diestros, de hecho han existido muchas personas zurdas que han sido genios. Da Vinci, por ejemplo, lo fue y, aunque a su "Hombre de Vitruvio" se le diera más importancia por el estudio anatómico y de proporcionabilidad del ser humano, no hay que dejar de lado la escritura especular, que se puede observar en el mismo dibujo, ya que él se las ingenió para escribir de derecha a izquierda del papel y de final a principio del bloc o cuaderno.

Pero yo no he sido ni lista ni genio y absolutamente todos los obstáculos con los que se encuentra un zurdo, incluyendo los que por costumbre tiene asumidos, los hice míos. Por si fuera poco, durante este tiempo, se pusieron en mi contra los cuatro elementos y, por no soltar la lanza del brazo sano, no pude, o no supe, sacar provecho de la ocasión que el azar me brindaba para ser más creativa y más visual que en mi mundo habitualmente diestro, ni disfruté del pensamiento holístico que tienen los zurdos, en ningún momento. Oportunidad perdida.

O, eso creo.