domingo, 10 de enero de 2010

El mejor regalo

Después de una larga navidad sin navidad ni fiestas familiares que celebrar y, aunque el regalo no vino en camello, este año los magos se portaron bien y supieron elegir el mejor para mí. Llegó a casa el 7 de enero, en una ambulancia, desde el hospital. Aún tiene el corazón pachuchillo pero muchas ganas de seguir adelante y mucha serenidad. ¡Bienvenido a casa, de nuevo, papá! Necesitamos que nos sigas recordando que no se debe perder la sonrisa ni siquiera cuando llegue el final. ¿Viste como obedecimos? No pudiste darte cuenta de que nos habían informado de tu gravedad y si, después de horas, porfiamos con los médicos fue totalmente justificado o, ahora, no lo podrías contar.

Mi padre es flaquito, no tiene alta la tensión ni el colesterol, se alimenta de forma muy sana, no fuma ni bebe... nunca hubiéramos sospechado que a él le podría pasar. El día 25 de diciembre sufrió un infarto de miocardio agudo y tras varias horas de lo que más bien parecía una pesadilla, que le dejará secuelas, y de constatar, yendo de hospital en hospital, que la sanidad en la ciudad que me vio nacer es tercermundista y demencial, conseguimos que lo llevaran a Valladolid para hacerle un cateterismo e implantarle un stent. Es decir que le salvaran, en realidad.

¿Lo que más nos rompió el corazón a nosotros? La falta de humanidad de quienes, sin poner los medios a su alcance, te condenaban a morir entre belenes y adornos navideños del hospital de tu ciudad.

2 comentarios:

Oli dijo...

¡Madre mía! Espero que todo vaya bien en adelante.

El último párrafo es muy bueno, un hachazo a la conciencia.


OLI I7O

Irina. dijo...

GRACIAS!! Eso espero yo también, de momento hay suerte. :)