domingo, 18 de octubre de 2009

Enreda2.

Flor de cebolla (lo más parecido a un mapa topológico de internet). Faltaría la abeja libando.

También a mí una amiga a la que, debido a la distancia, puedo ver muy pocas veces me sugirió que nos registráramos en una red social con intención de intercambiar fotos y comunicación. La respuesta fue que ya conocía ella mi desconfianza ante lo virtual y más sobre las modernas vías "no lucrativas" que ofrecen "privacidad e intimidad" con el fin de "ayudar" a crear lazos cuando ya, quien más quien menos, sospecha que pueden ser vistas y seguidas por aquellos que menos interesa que nos sigan y que nadie da duros a quince reales, que mi abuela diría. Además, tampoco sé de ninguno al que le dé por colgar fotos íntimas ni intimidades varias en la plaza del pueblo o en la escalera de su finca.

También a mí, después de la conversación con ella, me asaltaron las preguntas: ¿quién maneja esos hilos?, ¿qué hace que tanta gente las siga?, ¿millones de personas pueden estar equivocadas?... y otras muchas. No queriendo pasar por detractora de lo que desconocía ingresé en una de ellas para informarme y poder infomar sobre esa nueva "cultura" cibernética y fenómeno de masas que tanto desvirtúa la palabra "amigo" (una de mis preferidas). La labor educativa se nos pone cada vez más díficil (ya había oído hablar de ellas a la chiquillería).

Busqué, además, en periódicos, págs. fiables de internet, libros y revistas, consulté con expertos y sus opiniones no fueron muy diferentes a las mías. Son sitios en los que buscas información y tú te conviertes en la información misma. Enormemente válidas para todos aquellos que tienen algún producto que ofrecer o alguna causa que defender. Totalmente innecesarias para el resto de los mortales, sobre todo para aquellos que siempre hemos defendido la privacidad y la intimidad de por vida. Claro que sólo tú eres el responsable de lo que allí digas y hay que saber usarlas sin que te usen ellas. Por eso, cierto día, me llegué a cuestionar el blog porque no tenía la certeza de saberlo usar como herramienta.

Sin embargo y sin querer entrar en polémicas de que las redes deban, o no, ser prohibidas a menores, puesto que prohibir algo no está de acuerdo con mi forma de ser ni de ver los "avances" innegables de la tecnología, sí que pediría que se obligue, a quienes han creado tal "maravilla", a informar de los riesgos para que sepan y puedan usarlas como herramienta de manera correcta (si la hay) porque su vulnerabilidad peligra. Y que no nos dejen sólos, como tantas veces, a los "enseñantes" con toda la tarea porque la educación es un deber de la sociedad en pleno y no sólo de los centros educativos. Son muchos los peligros que se evitan con una buena tarea educativa.

Sobre los pros y los contras de las redes, mejor informa, en su número de otoño, esta revista. De la que me quedo con todo y sobre todo con su despedida: "La caricia mejor real que virtual..." y añadiría: los mejores amigos se consiguen con el contacto físico del día a día. Lo virtual puede ser mentira.


1 comentario:

Irina. dijo...

Curiosa coincidencia! Hoy he leído que Hollywood ha comenzado a restringir, por contrato, a sus actores el uso de las redes sociales para evitar filtraciones de rodajes y demás. Las dejan sin alfombra roja. ¿Será que quieren salvar el reino de fantasía? De todos modos, las modas siempre tienen un final.