domingo, 13 de noviembre de 2011

Más que cuentos. "Érase una vez..."

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Scarlett Johansson, perdiendo el zapato como Cenicienta, a través de la mirada de la cámara maestra de Annie Liebovitz.


Una puerta se abre, ante los ojos de un niño, al escuchar o leer mágicas palabras como: "Hace mucho tiempo...", "Érase una vez..." Es la puerta que le invita entrar en el fabuloso reino de fantasía. El niño, atraviesa el umbral consciente de estar accediendo a otra estancia y lo hace con la misma naturalidad que corretea, de un lugar a otro, en su propia casa.


Parece ser que, los primates evolucionados somos los seres más frágiles y complicados del planeta Tierra. Al llegar a adultos, también necesitamos no permanecer durante mucho tiempo en un mismo "cuento", sólo que, a diferencia del niño, cada vez que deseamos cambiar de "estancia" solemos cuestionarnos si todo queda en orden y si nos irá bien aunque... hay veces que nos gusta guiñarle un ojo al azar.


Cuando, en el S. XVII, a Charles Perrault se le ocurrió recoger y publicar 11 cuentos, por primera vez, tuvo que editarlos en nombre de su hijo porque las costumbres de la época no veían bien que los escribiera un adulto. ¡Qué curioso, sin embargo, que a "Cenicienta", la protagonista que quiso pasar de los fogones a una maravillosa fiesta, le fuera a cambiar la imprenta los zapatos de cuero por los de cristal! Así fue: en el manuscrito original, escrito en francés, se leía que sus zapatillas eran de "vaire" (un tipo de cuero) mientras que, por errata de imprenta, se tradujo como "verre" (vidrio). Hasta aquí muy normal, lo no tan normal fue que el error nunca fuera corregido. Nadie se atrevió a romper el encanto de una imagen tan brillante, evocadora y fantástica. Tal vez, para hacer frente a la realidad, lo más humano sea soñar y a los adultos nos consta que tenemos necesidad de ficción.


No sé si a los niños les importaría mucho el material con el que se fabricó el calzado, creo que aún no comprenden la imagen sugerente de los zapatos, ni siquiera adivino si el cuento tendría el mismo éxito de haber sido de cuero. Sólo sé que ellos preguntan ¿por qué los zapatitos no se deterioraron cuando las ropas se volvieron harapos? Muy ufana contesto: porque los zapatitos fueron un regalo y no necesitaron ser transformados por el toque de la varita mágica, hay que leer/ escuchar bien, lo dice el cuento. Ellos entienden bien las moralejas implícitas: que la belleza interior es la que más deslumbra, que es muy mala la envidia y que los envidiosos sufren muchísimo más que los seres desprendidos y bondadosos, que estar al servicio de los demás es bueno si no se nos convierte en siervos y que, de vez en cuando, no está mal pedirle un regalo a la vida como compensación al esfuerzo. La de que sólo el que tiene padrino se bautiza, tristemente la entenderán luego...




martes, 20 de septiembre de 2011

Otoño en el pensamiento



"With the waves" Natasha Wescoat


"De otoño" Rubén Darío.


Ya sé que hay quienes dicen: ¿Por qué no canta ahora

con aquella locura armoniosa de antaño?

Esos no ven la obra profunda de la hora,

la labor del minuto y el prodigio del año.


Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa,

cuando empecé a crecer, un vago y dulce son.

Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa:

¡dejad al huracán mover mi corazón!


Aún no ha llegado y resuenan ya sus notas, vuelan palabras, como hojas en el viento, hacia lugares insospechados. Somos igual que un árbol, pasan por nosotros varias primaveras, otoños, inviernos, veranos...

Sin embargo, y también como un árbol, sentimos de otro modo el paso de los años, la experiencia nos va enseñando. Hemos vivido al lado de quien nos ha regado con mimo y con cuidado, de quien nos ha abonado, de quien ha hecho que tengamos fe en todo y en todos, de aquellos que han grabado profundamente, en nosotros, la huella imborrable de sus iniciales. No sin dolor, a veces, nos han podado para que creciéramos fuertes y sanos. Así hemos soportado tormentas, inclemencias del tiempo, rayos que pudieron quemarnos. Hemos recibido visitas de insectos y de pájaros. La suave brisa nos meció en sus brazos hasta que la escuela de la vida nos hizo fuertes y duros como el corazón del árbol milenario al que sólo mueven huracanes porque también los hay que se han colgado de nuestras ramas, con insolencia o descuido, y las han quebrado.

Ahora, con el otoño en mientes, dejamos, como todos los años, que caigan, bailando en círculos, nuestras hojas sin vida, con la misma intención de siempre: la de, en una nueva primavera, renovarnos. Mientras un árbol sigue en pie, no es madera, es árbol.



martes, 12 de julio de 2011

Averno a puerta cerrada



The Devil´s Violin by Losing My Marbles


[...] La gente es amarga y vengativa, la gente está engañada y temerosa, [...] y yo conduzco entre ellos en la autopista y ellos proyectan lo que les han dejado de sí mismos en su manera de conducir. Algunos son más odiosos, otros más disimulados que otros. A algunos no les gusta que los pasen e intentan evitar que otros lo hagan. Algunos intentan bloquear los cambios de carril. Algunos odian los coches más nuevos, más caros. Otros, en esos coches, odian los coches más viejos.


La autopista es un circo de emociones pequeñas y baratas, es la humanidad en movimiento [...] Las autopistas nos enseñan en qué nos hemos convertido y muchos de los choques y muertes son la colisión de seres incompletos, entre vidas penosas y dementes. Cuando conduzco por las autopistas veo el alma de mi ciudad y es fea, fea: los vivos han estrangulado su corazón. (Extraído de"Conduciendo a través del infierno" de Ch. Bukowski.)


*****


Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones.


Una noche senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. Yo me he armado contra la injusticia. Yo me he fugado. ¡Oh brujas, oh miseria, odio, mi tesoro fue confiado a vosotros! [...]


Y la primavera me trajo la risa espantable del idiota.


Ahora bien, recientemente, como estuviera a punto de exhalar el último ¡cuac! pensé en buscar la llave del antiguo festín, en el que recobrara el apetito.[...] Y tal inspiración demuestra que he soñado. ("Una temporada en el infierno" A. Rimbaud)


Siete he oído que son las entradas al infierno incluyendo la del cráter del Averno, lago oscuro e inmenso "consagrado" a Perséfone y ubicado en Campania, a través del cual griegos y romanos creían que se accedía al inframundo. O aquella otra del reino de Hades que, para llegar hasta ella, las almas debían llevar una monedita bajo la lengua con el fin de pagar a Caronte la dádiva y así poder atravesar el río Aqueronte (río de la pena) y entrar en el reino de los muertos. El caso es que yo, tanto una como otra, las veía lejos, leeejos cuando aún no conocía la leyenda del Escorial, aunque no sé si esa puerta está incluída en las siete o se abren y se cierran nuevas puertas cada día. Enlazo la leyenda, en la que también Can Cerbero ladra de por medio, amén del posterior y enigmático incendio que casi nos deja sin Monasterio, porque , como poco, es entretenida. Lo que no cuenta ninguna leyenda, y siempre sentí curiosidad por saberlo, es qué música se escucha tras las puertas del reino de Hades. Sí, es cierto que existen muchos relatos sobre diablos y violines que tal vez se deban a la dificultad para hacer sonar primorosamente el instrumento. Al mismísimo Paganini, porque su violín sonaba "condenadamente" bien, se le hizo protagonista de alguno de ellos.


Claro que, si nos acercamos a otras creencias las cosas cambian mucho y los infiernos con ellas. Yo comulgo más con la idea de que los infiernos los sufrimos en vida, bien sea porque nosotros mismos los creamos por sólo saber mirar "desde la perspectiva del plano corto" o, muchas veces más, a aquellos que nos gusta ser pareja de baile del optimismo, porque nos los regalan los "diablos" que tenemos cerca. Como dicen bien los poetas los podemos encontrar, aun sin buscarlos, en las autopistas de la vida o en las primaveras que nos niegan. Y seguro que, en este tipo de avernos, no suenan violines. Seguro, muy seguro, que son ruidos estridentes los que suenan y, para descontaminarnos de la mala acústica, nada mejor que cerrar sus puertas.


En fin, de nuevo está aquí el verano con su llave maestra, con sus caminos sin prisa, y con todas sus promesas. Nos vemos al regreso!




martes, 28 de junio de 2011

Arlequines


Me disgrego, loca embelesada por los extramuros, lo expúreo


y lo nítido, por el sentido del humor más fulminante.


Qué escándalo, tal falta de recato natural. Me pregunto


qué se está gestando esta vez: un ensayo? sobre un poema?


desde lo intacto de un intervalo?


Si nada fuera de esto me existe, ni siquiera el


recuerdo del clima donde quedó el esfuerzo.


Y si el tiempo transcurre sin precisar, qué


es lo que se transforma en mis manos


mientras la tarde crispada permanece?


Me obligo a ser transcendental y receptiva, me sé


caída sin ciclos, y a mi amor lo estudian las estrellas.


Mabel Bellante. AKASIA. Ojos abiertos.



Buscando poemas sobre arlequines, un placer haber encontrado esta poeta en la red. Una escritora que podéis disfrutar en su blog: "Poemas dis-CURSIVOS". Una mujer con romanticismo funambulista pero con mirada distinta hacia la potencia universal que vive dentro. De funanbulista se define ella misma, el resto es definición de otros y a mí, con lo poco que entiendo de arlequines y siempre que ella lo permita, si lo llega a leer, se me antoja que bien podría ser una poeta que expresa, en alguno de sus versos, sentimientos de arlequín.


Pero, ¿qué es un arlequín? Evidentemente uno de los personajes clásicos que, en la Commedia dell´Arte, desempeña el papel de humilde servidor, conocedor de acrobacias y que va ataviado con un traje de retales, multicolores e irregulares, confeccionado con restos de telas y con la cara cubierta con una máscara, a veces negra, otras, basada en dos animales: mitad mono, mitad gato. Pero además para mí un arlequín es:


* Una forma de ser y sentir, no muy bien vista por muchos.


*Un ser curiosamente divertido y tan complaciente como un mono o un gato en ausencia de contrariedades.


*Una manera de afrontar la vida, tratando de disimular la contrariedad cuando llega, detrás de la máscara de la ironía, la sorpresa y el humor.


*Un luchador que lleva la alegría como escudo y la risa como espada.


*Un eterno enamorado de estrellas, de poetas, de bellezas, y de lunas...


¿Sencillo, no? Pues los hay que, al no entenderlo, arremeten contra ellos creyendo que actúan de protagonistas y, aunque anteriormente se hayan hecho "amigos" suyos simulando alabar su buen humor y con el único objetivo de sonsacar información, no tardan cuando la obtienen en retarles para no permitírselo e imitan sus piruetas de bufón del modo más ridículo.


Posiblemente entonces, estos pacíficos seres ,aunque les cueste la vida sacar su lado oscuro, se transforman en el gato que encorva la espalda y afila las uñas, en el mono irritado que enseña los dientes. Entonces, y sólo entonces, haciendo honor a los orígenes de su nombre, se cambian la careta por la del mítico Herla King de la Cacería Salvaje, y deciden hacer frente a sus contrincantes. Porque los arlequines, como servidores que son, no dudan en poner la otra mejilla, pero hay veces, que es bueno recordar que sólo se tienen dos.


domingo, 5 de junio de 2011

Somos memoria y sueño



Kanji que se pronuncia yume y que significa dream (sueño).


Desgarrada la nube: el arco iris


brillando ya en el cielo,


y en un fanal de lluvia


y sol el campo envuelto.


*
Desperté. ¿Quién enturbia


los mágicos cristales de mis sueños?


Mi corazón latía


atónito y disperso.


*
...¡El limonar florido,


el cipresal del huerto,


el prado verde, el sol, el agua, el iris...!


¡el agua en tus cabellos!


*
Y todo en la memoria se perdía


como una pompa de jabón al viento!



A. Machado "Galerías"



Leí, cierto día, que Dámaso Alonso dice que "Soledades" y "Galerías" de Antonio Machado son casi siempre espacios soñados y, por tanto, mágicos. El caso es que, en múltiples ocasiones, sueño y memoria aparecen unidos y, no es casualidad, puesto que si nos informarnos de por qué necesitamos dormir seguro que llegamos a la conclusión de que lo hacemos no sólo porque estamos cansados ya que con sentarse o tumbarse a descansar sería suficiente. Dormimos porque somos memoria y mientras lo hacemos la estamos archivando. No soy entendida en ello pero también he leído que durante las dos etapas del sueño procesamos nuestra memoria. En el sueño profundo fijando las experiencias personales y los conocimientos y en el no tan profundo soñando.


Pero, ¿qué son los sueños? Queda aún mucho por estudiar sobre ellos. A veces se recuerdan, otras no los recordamos. En ocasiones son absurdos, en muchas placenteros, pesadillas algunos... y todos son parte de nuestra actividad cotidiana y de la asociación de ideas que nuestro cerebro haga de ella. Por tanto, nuestros sueños, aunque nunca reflejen una experiencia completa o lógica, son un pedacito de nuestra existencia.


Soy de aquellas personas que casi nunca recuerda un sueño y, aunque sin preocuparme me lo he cuestionado, nada mejor que informarse. He entendido que los recuerdos viajan de una región del cerebro a otra hasta encontrar donde instalarse. Como la memoria funciona por asociación de ideas cuanto más se relacione un elemento con otro, mientras se sueña, más fácil será recordar el cuadro onírico. Total, que es creatividad lo que parece absurdo al despertarse. Lo que no me queda claro es si las personas que no recordamos nada soñamos en abstracto.


Pensando en las relaciones que existen entre vida y sueño me sigo preguntando si los sueños que soñamos despiertos tienen mucho que ver con los que soñamos durmiendo y, por eso, cuando despertamos lo hacemos cargados de energía positiva, con mayor ánimo y deseo de que se cumplan. ¿Igual cuando dormimos también conspiramos? ¿O conspira el Universo entero con nosotros? De ser así, dormir no sería morir un poco sino alimentar sueños y, por tanto, no debemos permitir nunca que empañen los nuestros.


sábado, 14 de mayo de 2011

Mi lado pirata

.
En la contraportada del libro puede leerse:

-"Si no fueses una mujer, te convertirías rápidamente en uno de los mejores corsarios de este navío".

-"No me importa vivir escondida -murmuró Mary- si puedo estar a tu lado".


Que la portada rosa del libro no engañe, no se trata de una novela romántica. Más bien es la historia de una pirata que se salió de la norma rompiendo esquemas pero a la que, como puede apreciarse en la contraseña, sentimientos no le faltaban. Hasta los temidos piratas los tenían y, si bien, eran crueles atacando navíos, a la hora de repartirse el botín cada uno obtenía lo que en justicia le correspondía.


Todos, por distintos motivos, hemos jugado alguna vez a ser piratas. Unos, para alzarse con el botín (los más); otros, para pasar desapercibidos en ayuda de alguien. Yo misma fui corsario por una buena razón y, seguramente, no me importaría volver a decir seguramente desde el barco pirata que nos llevó al abordaje. No me importaría, si se me aceptara, volver a calzarme la pata de palo y a ponerme el parche en el ojo por la causa. No me importaría acudir a cualquier llamada de quien, en su llegada a puerto, me echara de menos. Lo que no voy a permitir, puesto que no di consentimiento para ser juzgada, es que ninguna otra pirata haga juicios de valor sobre mí sin conocerme y, mucho menos que, al no ser capaz de entenderme, intente tirarme por la borda para dejar patente su ego protagonista consiguiendo en su hazaña que se me eche de más. La rivalidad, entre buenos piratas, está descartada.


Aunque hoy que aquellos personajes de los mares ya no existen, y que lo importante es el reparto del tesoro, me temo que desafíar al oleaje en la mar brava no sea buena idea. No se debe olvidar que algunos somos bucaneros de agua dulce navegando sobre un cascarón de nuez a merced de la corriente, y sólo podemos enfrentarnos torpemente a la resaca de la mar picada .


(A ti, que no entendiste mi lado pirata, por si lo lees y te interesa)


lunes, 2 de mayo de 2011

Risa de mayo


"Boca de flor" Octavio Ocampo


"Cuento con tu risa"

Yo cuento con tu risa para alzarme

como un cometa tras la luna nueva.

No me asusta el otoño si tu vienes

con tus labios llenos de primavera.


Yo cuento con tu risa para el día que

la tristeza venga aquí a hospedarse

entre mis ojos llenos de nostalgia,

entre mis manos torpes de añorarte.


Pero cuento con tu risa, no lo olvides,

desde la noche oscura hasta el alba.

Cuento con tu risa, que es lo mismo

que no tenerle miedo a casi nada.


(Tres estrofas de la canción de Cómplices)


¡Sonríe, mes de mayo, que ya es hora! Pocas veces lo he pedido y muchas me lo has negado. Siempre me alegra que se puedan recoger los frutos de cualquier trabajo. Incluso las semillas que ayudé a sembrar cuyas flores otros recolectaron sirven de algo.

Disculpa si este mayo te pido un guiño de risa y flores. Si este mayo soy algo egoísta. Hace tiempo, y pacientemente, me puse a la cola y ya me va tocando. Disculpa si sigo consejos de grandes amigos que me dicen: ¿Y, tú, cuándo? Disculpa si después de haber dado, y viendo que quienes piden reciben, me atreva a pedir.

Es curioso, tengo una amiga que opina que quienes acostumbran a dar malacostumbran a los que reciben hasta el punto de que si, alguna vez, ellos se atreven a pedir serán rechazados. Al contrario, reciben elogios los acostumbrados a pedir, el día que dan algo. ¡Somos así de contradictorios! No sé si tendrá que ver con el mito del hijo pródigo que regresa... frente al que se queda en casa trabajando.

Pero lo dicho, mayo, no lo olvides: sin temor al rechazo, a mí también me encanta que me malacostumbren de vez en cuando. Y cuento, para ello, con tu risa porque de recuerdos, añoranzas y nostalgias ya voy bien servida este año.