domingo, 5 de junio de 2011

Somos memoria y sueño



Kanji que se pronuncia yume y que significa dream (sueño).


Desgarrada la nube: el arco iris


brillando ya en el cielo,


y en un fanal de lluvia


y sol el campo envuelto.


*
Desperté. ¿Quién enturbia


los mágicos cristales de mis sueños?


Mi corazón latía


atónito y disperso.


*
...¡El limonar florido,


el cipresal del huerto,


el prado verde, el sol, el agua, el iris...!


¡el agua en tus cabellos!


*
Y todo en la memoria se perdía


como una pompa de jabón al viento!



A. Machado "Galerías"



Leí, cierto día, que Dámaso Alonso dice que "Soledades" y "Galerías" de Antonio Machado son casi siempre espacios soñados y, por tanto, mágicos. El caso es que, en múltiples ocasiones, sueño y memoria aparecen unidos y, no es casualidad, puesto que si nos informarnos de por qué necesitamos dormir seguro que llegamos a la conclusión de que lo hacemos no sólo porque estamos cansados ya que con sentarse o tumbarse a descansar sería suficiente. Dormimos porque somos memoria y mientras lo hacemos la estamos archivando. No soy entendida en ello pero también he leído que durante las dos etapas del sueño procesamos nuestra memoria. En el sueño profundo fijando las experiencias personales y los conocimientos y en el no tan profundo soñando.


Pero, ¿qué son los sueños? Queda aún mucho por estudiar sobre ellos. A veces se recuerdan, otras no los recordamos. En ocasiones son absurdos, en muchas placenteros, pesadillas algunos... y todos son parte de nuestra actividad cotidiana y de la asociación de ideas que nuestro cerebro haga de ella. Por tanto, nuestros sueños, aunque nunca reflejen una experiencia completa o lógica, son un pedacito de nuestra existencia.


Soy de aquellas personas que casi nunca recuerda un sueño y, aunque sin preocuparme me lo he cuestionado, nada mejor que informarse. He entendido que los recuerdos viajan de una región del cerebro a otra hasta encontrar donde instalarse. Como la memoria funciona por asociación de ideas cuanto más se relacione un elemento con otro, mientras se sueña, más fácil será recordar el cuadro onírico. Total, que es creatividad lo que parece absurdo al despertarse. Lo que no me queda claro es si las personas que no recordamos nada soñamos en abstracto.


Pensando en las relaciones que existen entre vida y sueño me sigo preguntando si los sueños que soñamos despiertos tienen mucho que ver con los que soñamos durmiendo y, por eso, cuando despertamos lo hacemos cargados de energía positiva, con mayor ánimo y deseo de que se cumplan. ¿Igual cuando dormimos también conspiramos? ¿O conspira el Universo entero con nosotros? De ser así, dormir no sería morir un poco sino alimentar sueños y, por tanto, no debemos permitir nunca que empañen los nuestros.


1 comentario:

Oli dijo...

Me ha encantado esta entrada. Yo ahora mismo vivo en la frontera difusa entre soñar y pensar ilusoriamente mientras duermo.

Y soñar despierto... hay que ser un máquina para hacerlo bien y no dejarse llevar por el lado oscuro. Soñar despierto puede ser un laberinto de espinos que si rozas las paredes, ya no importa si llegas al final o no.


OLI I7O