martes, 15 de abril de 2008

Song of the wind, May song.

Un violín es la voz de una fuente con viento
a la que brizan ásperos y dulcísimos soplos.
Lo sabe quien lo pulsa, y flotan sus cabellos
como yerba que sube por el tronco de un árbol,
mientras la mano empuja hacia el cielo las cuerdas
y la otra recorre con el arco un zodíaco.

En rubio; huele a nardo en la noche con luna,
y de jazmines siembra la abandonada tarde.
Tan delgado y ligero como fueron las ninfas,
sinuoso y con algas, como verde sirena.
Es la voz que prefiere la Primavera fría.
Y al Otoño le cuenta que se fueron las aves.
Los cipreses la exhalan. El calor de los vuelos
en los violines junta con las plumas los nidos.
Carmen Conde

¡A borbotones! Han sido mis mejores lágrimas, recuerdo de tantas tardes. Unas manos infantiles, un saludo, concentración, claves de Sol y afinación en La, el balanceo de un arco que habla con el viento, la diminuta barbilla apoyada con gracia... Thank you, pequeño Stradivarius, por hacerme recordar, esta tarde, otras danzas, allemandas, zarabandas, chaconas, sonatas... que consiguieron subirme a la altura del cielo. Escuchando música de violines vuelve la magia, Mayo se adelanta.

http://www.youtube.com/watch?v=t3bW9P5Z6sI

1 comentario:

Muerte por vida dijo...

Ais, pero qué ricura de niño. Sorprendente vídeo... hay que ver, ¡si todas las generaciones fueran como ésa!

Te mando besos de brisa.