sábado, 11 de octubre de 2008

Desencanto en Wonderland



Beyond Wonderland by Bakanekonei


Desde siempre pensé que para ser Alicia sólo bastaba con sentarse a la sombra de un roble y quedarse adormecida. Me gusta mi trabajo y allí lo conseguía bastante bien. Hasta que el curso pasado empezaron a aparecer los vampiros de la energía, que nada tienen que ver con los inocentes electrodomésticos. Fue, entonces, cuando comencé a sentirme cansada, harta y sin ganas de adentrarme cada día en Wonderland. Nada había cambiado aparentemente, por tanto, ignoraba por qué.

Poco después, leí un artículo ( siento muchísimo no poder recordar quien era su autor) en el que se hablaba, con bastante precisión y sensatez, sobre ciertos seres vivientes que se alimentan del optimismo y las ganas de los otros. Decía que, para hacerles frente, era preciso saber reconocerlos. En su lectura puse muchísimo interés. Por lo leído, son personas bastante amables que suelen querer estar al tanto de cualquiera de tus problemas, se preocupan asiduamente por tu salud, te pasan la mano por el lomo para confraternizarse contigo; pero no se quedan el tiempo suficiente para escuchar las respuestas. Son pesimistas y fatalistas. Tienen baja autoestima, mala capacidad para resolver y, lo que es peor, no están dispuestas a que nadie la tenga por encima de ellas y menos a que haga proyectos o encuentre soluciones. Cuando están cerca de ti, durante mucho tiempo, notas que tu ánimo, sin razón aparente, ha empezado a decaer.

Sospeché que ese era mi caso, decidí observar, comprobé y me defendí como supe. No suelo dudar entre querer cortarme las venas o dejármelas largas, en cuestión de venas prefiero melena, cortas me quedarían fatal. El resultado fue que me pidieron disculpas si en algo me habían faltado. Y yo disculpé.

Al principio de este curso las cosas empezaron bien pero, de nuevo, han comenzado a torcerse por lo que he cambiado de táctica y, cada vez, que me encuentro en una merienda de locos:


Wonderland de la colorista Bakanekonei

-¡No hay sitio! ¡No hay sitio!

-Vaya que sí, ¡Hay muchísimo sitio!

- ¿Quieres un poco de vino?

-No, prefiero té.

O me toca jugar al croquet con la Reina:

-¿Quién es ésta?

- Me llamo Irina, para servir a su Majestad.

- ¿Y quiénes son éstos?

- ¿Cómo voy a saberlo yo? ¡No es asunto mío!

-¡Que le corten la cabeza! ¡Que le corten..!

-¡Tonterías!

-¿Sabes jugar al croquet?

-¡Sííí! ¡Muy bien!

Al fin y al cabo, no son más que una pandilla de cartas,je,jjee.. Por eso: "Que se nublen los maestros/ que disfrazan sus errores de verdades/ que creen que todo lo saben/ que olvidaron la razón..." (L.A.) La razón por la que estamos allí: para intentar conseguir una escuela pública de calidad y en libertad.

Amén.


5 comentarios:

Muerte por vida dijo...

Mm... te leía, y recordaba continuamente a mis paredes, aquellas que me aconsejaste derrotar con una piqueta, que parece que se han transformado en vampiros de la energía.

Pero, digo yo... que todo vampiro tiene su punto débil, ¿no? Los chupopteros se activan cuando te ven más debil, o que vas hacia un punto fijo. Ándate con ojo y adelántate, que tú puedes.

Un besazo, éste con repelente para vampiros.

Irina. dijo...

Ya ando yo disfrazada de Valquiria, ja,ja.. es que con una ristra de ajos al cuello no me dejarían subir al autobús, supongo.

Un beso!!

Oli dijo...

Buf, tenía pendiente leer esta entrada desde que la publicaste. Me ha costado centrarme en el texto, con esas imágenes. Siento ser tan cavernícoli.


OLI I7O

yyaortwo

Irina. dijo...

En mi pueblo se dice cazurro..

¿No se dice en el tuyo gañan?

Irina. dijo...

¿O, tan sólo, lo dices por la ciudad que aparece en la primera?

JI,jii..