sábado, 25 de octubre de 2008

Enterrada bajo el manzano

No somos dueños del amor (...)

la muerte

y el amor no nos escojen.

(A. Gala. "Enemigo íntimo")

No sé si te has parado a pensarlo alguna vez, Troilo, pero qué cerca están los sentimientos de amistad y de amor. Vosotros los perros, sin daros cuenta, cuando queréis a una persona hacéis, provocados por vuestro cariño, los gestos del amor. Os lleva confundidos, en esos casos, al amor la amistad. Pero nunca al contrario. El amor, en vosotros, es una necesidad pasajera; la amistad, permanente. ( A. Gala. "Charlas con Troilo")

Wilma murió anoche (a las 3 a.m.), desde el pasado martes estaba muy malita. Quisimos ir a despedirla y no nos dejó llegar. Se salía siempre con la suya, seguro que se enteró y decidió que la recordáramos viva. Está, ahora, enterrada debajo de un manzano, el árbol del amor, porque a ella le gustaba espantar a los pájaros que venían a picar las manzanas y, sobre todo, porque nos quería. No dio ningún quehacer, sencillamente se tumbó y se apagó como una llamita. Desde ese momento no tenemos consuelo. Era una perra- nos dicen- nosotros no lo ignorábamos, ella disimulaba que lo sabía.

Recuerdo un día en que me estaba prohibido lavar una falda, porque no se podía y debía ser llevada al tinte, aproveché que la dueña había salido, la dí un agüita y la tendí. Cuando regresó, la falda estaba como nueva y yo dije: mira, fue magia, no quedó manchita (cosas mías). Pero no estaba cayendo en la cuenta de que en la pantalla del ordenador aparecía una foto mía, que había sacado mi hermano, con la prueba del delito. ¿Cómo has podido hacer eso? -le grité. Fue Wilma quien corriendo, una y otra vez, desde donde estaba la cámara de fotos hasta mi hermano y después hasta el ordenador, me dio la respuesta. Ja,ja,ja, todo el mundo reía.

Porque supo darnos pocas penas y muchas alegrías, porque fuimos sus amigos y ella la mejor amiga, porque nos quiso sin hipocresías; ahora que se ha marchado al paraíso de los perros buenos, dejándonos solos, con lágrimas en los ojos quiero (queremos) decirte:

Hasta siempre, querida e inolvidable Wilma.

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