domingo, 19 de octubre de 2008

De alguna manera, me iba la vida en ello.



01. Me va la vida en ello - 02. Esta noche - 03. Pasaba por aquí - 04. Imán de mujer - 05. Imaginación - 06. Alevosía - 07. Volver a verte - 08. Mojándolo todo - 09. Tríptico de luces y sombras - 10. Dos o tres segundos de ternura - 11. Hafa café - 12. Slowly - 13. El resto es humo - 14. A día de hoy - 15. Cada vez que me amas - 16. Sin tu latido - 17. Una de dos - 18. Anda - 19. Las cuatro y diez - 20. De alguna manera - 21. Al alba.

Cierto que huí de los fastos y los oropeles

y que jamás puse en venta ninguna quimera,

siempre evité ser un súbdito de los laureles

porque vivir era un vértigo y no una carrera.


Pero quiero que me digas, amor,

que no todo fue naufragar

por haber creído que amar

era el verbo más bello…

dímelo…

me va la vida en ello.


Cierto que no prescindí de ningún laberinto

que amenazara con un callejón sin salida,

ante otro “más de lo mismo” creí en lo distinto

porque vivir era búsqueda y no una guarida.


Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio

quise quemarla deprisa jugando con fuego

y me abrasé defendiendo mi propio criterio

porque vivir era más que unas reglas en juego.


Cierto que, ayer tarde, me regalé el tercer disco en directo de Luis Eduardo Aute (cantautor que no necesita enlaces) y el primero en el que todos los temas de los dos CD´s son de amor. No porque venga en una cajita especial, no, ni porque el DVD, que incluye, fuera grabado en el patio de columnas del Palacio Museo de Viana de Córdoba, sino porque es una joya. Además, la morena de la copla de Julio Romero me hacía guiños desde las estanterías de Fnac y por más que le dije pasaba por aquí, ella insistió, me faltaron las fuerzas, lo compré y ahora me alegro porque, de no haberlo hecho, tendría que haber vuelto esta mañana hasta Callao dando otro paseíto.

Cierto que me encontré hace no mucho, y por azar, con el cantante en los jardines del Palacio de la Magdalena y que con gran desparpajo me dijo: no sé tú a qué has venido, yo he tenido que salir a fumar. También fue cierto que no lo reconocí pero su cara me resultó muy familiar, ja,jja. Yo había ido allí para realizar el cursillo La magia de las letras, él era uno de los ponentes de otro, ambos tuvimos que abandonar los aularios palaciegos, durante unos minutos, a causa del insano vicio de fumar. Supe que se trataba de él, al entrar, cuando los no fumadores, que cotilleaban por la ventana, me preguntaron qué había hablado con Aute y, por muy despistada que sea, Aute sólo hay uno.

Y no fue menos cierto aquel día en que regalé un librito de poemas a un amigo, quiso abrirlo aleatoriamente por una página para ver cuál salía y el libro decidió hacerlo por la página de de alguna manera.

Me iba la vida en ello y hacía tiempo que Otoño no enseñaba sus fauces, así que, llevo toda la mañana y parte de la tarde disfrutando estas canciones y echando humo. No obstante, sólo recomiendo el disco, por mucho que puedas encontrarte con Aute en los jardines de algún palacio, no recomiendo fumar.

Y nada más, apenas nada más.

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