jueves, 12 de junio de 2008

La hora babilónica


Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj:

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

El sistema horario babilónico, esencial para la alquimia y la magia, se basa en los relojes solares. Recuenta las horas, en cualquier época del año, desde el amanecer al ocaso. Uno de los pocos relojes que sabe leer este horario, numeración en cifras arábigas, es el del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja de Praga.

Hoy, el amigo viajero me ha contado que el reloj astronómico de la "Ciudad Dorada" mide otros dos tipos de horas. El cuadrante astronómico, con forma de astrolabio, indica, además de las 24 del día, las posiciones del sol, la luna y venus en el cielo. La esfera con números romanos mide la hora de la Europa Central, distinta de la solar.Rodeando el reloj hay cuatro alegorías: la vanidad, la avaricia, la muerte y la lujuria, recordando lo efímero del tiempo.

Por las ventanas superiores se asoman autómatas representando a Cristo y sus apóstoles cuando, a las horas en punto entre las 9 de la mañana y 9 de la noche, un esqueleto que figura la muerte, tira de una cuerda con su mano diestra y con la siniestra da vuelta a un reloj de arena. La vanidad se mira en el espejo, la avaricia mueve la bolsa, la muerte amenaza con la guadaña y la lujuria, acechante, mueve la cabeza. Todo termina con el canto de un gallo y el sonar de campanas dando la hora exacta. En la parte inferior está el calendario,que fue añadido posteriormente, con doce medallones que representan los meses del año, también rodeado por cuatro figuras: un ángel, un filósofo, un cronista y, cómo no, un astrónomo.

Puesto que su mecanismo es increíble, será preciso ir a visitarlo. Cuenta la leyenda que, una vez terminado, los ediles ordenaron cegar al relojero que lo creó para que no pudiera fabricar otro tan completo y tan bello.

Instrucciones para dar cuerda al reloj:

Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

("Instrucciones para dar cuerda al reloj" Julio Cortázar)



2 comentarios:

Oli dijo...

Esa leyenda (la de dejar ciego al artista) se cuenta sobre prácticamente cualquier monumento del mundo. En Murcia la cuentan sobre el que talló las cadenas del exterior de la Capilla de los Vélez. Yo creo que realmente se puso ciego de güisqui esa noche al celebrar lo bien que le salió, pero el tiempo ha ido distorsionando los hechos.


OLI I7O

Irina. dijo...

Pedazo cadenas,je,jjee...

Sí, el tiempo todo lo trannsforma.