domingo, 24 de mayo de 2009

Imágenes en palabras



Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. No ocurre, sin embargo, cuando la película se hace sobre un libro (consigue ser, por imaginativo, mucho más sugerente el libro) ni tampoco cuando se quiere dibujar un proverbio. Las palabras de la fotografía dejan ver caminos. Dependerá de quien las lea saber si los suyos están libres de hierba o cuajaditos. Creo que los jardines, en este mes, conviene tenerlos bien desbrozados.

Y en ello estoy pensando, en cómo resolver esta tarea, en la madrugada de un domingo de mayo.

"Me sirve no me sirve" M. Benedetti

La esperanza tan dulce tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve
no me sirve tan mansa la esperanza
la rabia tan sumisa tan débil tan humilde el furor tan prudente no me sirve
no me sirve tan sabia tanta rabia
el grito tan exacto si el tiempo lo permite alarido tan pulcro no me sirve
no me sirve tan bueno tanto trueno
el coraje tan docil la bravura tan chirle la intrepidez tan lenta no me sirve
no me sirve tan fría la osadía
si me sirve la vida que es vida hasta morirse el corazón alerta si me sirve
me sirve cuando avanza la confianza
me sirve tu mirada que es generosa y firme y tu silencio franco si me sirve
me sirve la medida de tu vida
me sirve tu futuro que es un presente libre y tu lucha de siempre si me sirve
me sirve tu batalla sin medalla
me sirve la modestia de tu orgullo posible y tu mano segura si me sirve
me sirve tu sendero compañero.


4 comentarios:

Fuentes Rivero dijo...

"Me sirve tu batalla sin medalla"

Oli dijo...

En Murcia, a las malas hierbas de la huerta se les llama "collejones"... Son palabras que uso por Madrid y me miran raro.

Pues eso, que sí, que es importantísimo quitar los collejones de los caminos que te llevan a un amigo.


OLI I7O

Muerte por vida dijo...

Mh.. no es mala idea. El problema es cómo poder apartar la maleza sin rozarte siquiera las manos. Y luego también está el amigo... porque tú no puedes hacer el trabajo sola. Entonces, no merece la pena dañarte para que el otro esté desde arriba mirando.

¿Donde está ahí el tiempo que pasamos cultivando la amistad?

En ese momento, el silencio gana la partida...

(Ais, hoy ando revolucionada, estos días me atontan)

Un besazo enorme enorme ^^

Irina. dijo...

Un placer volver a tenerte por aquí, poeta Ranzou, leí que tu otro blog se cerró por "un cambio de personalidad". Me sirve el cambio.

Sois brutales los murcianos! Ni en sueños lo hubiera imaginado. Qué bueno ir cambiando collejas por "collejones" ;)

María, nunca se sabe, igual merece la pena dejarse en ello las manos. El otro puede que también, y aunque no lo parezca, a su modo lo esté intentando. Somos demasiado estúpidos los humanos.

(Debería dormir de vez en cuando)