Llegó el calor cubriendo las praderas de margaritas silvestres y dientes de león. Lo comprobé al tenerme que bajar de un autobús porque ayer, a las cuatro de la tarde y bajo un sol de justicia, llevaba encendida la calefacción. Con los 41° que marcaba el termómetro del interior no era muy agradable, ni refrescante, viajar dentro de él y, a mitad del recorrido, decidimos regresar caminando. Es cierto que pudimos haberle protestado al conductor pero era viernes, el día que o no quedan fuerzas para protestas o todo comienza a tomar otro color.
Además, estaba bonita la pradera del parquecillo teñida de amarillito y pudimos coger aire y soplar fuerte las semillas de un diente de león para pedir un deseo. Aprovechamos el momento por si acaso mayo marcea y no nos brinda ocasión. ¿Quién no sopló, alguna vez, el "angelito" de un diente de león? Ahí lo tienes: toma aire, sopla fuerte y pide un deseo. ¡Seguro que se cumple!!
Yo creo que tuve suerte, recordé una canción de Kokia, "Dandelion".
3 comentarios:
bueno me gustaron tus articulos a ver si te gustan los mios
http://thebabylion.blogspot.com
Ais! Yo creo que lo mejor son los olores... ir paseando con el fresquito de la máñana, un sol radiante y vestida con una sonrisa es lo mejor del mundo... no crees?
Un besazo primaveral
Vida
Ya, pero en Sevilla huele a jazmines y arrayanes y aquí a gasolina, ja,,ja. De todos modos, mejor que el frío sí es!!
Un besín!!
Bienvenido Angel Negro. Me pasaré por allí.
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