domingo, 2 de noviembre de 2008

Una leyenda natural


Lago de Sanabria (Zamora)

Hay que recoger la vida, la vida que se nos va

cual se nos vino, escondida, del más allá al más acá.

Y se va por donde vino,embozada en el misterio,

va abriéndose su camino, mira siempre al cementerio.

Hay que recoger la vida, que otra vez ya no vendrá,

como se nos va, escondida, del más aquí al más allá.

(Miguel de Unamuno)

A veces es necesario visitar parajes donde el tiempo pasa por nosotros más despacio, el Parque Natural del Lago de Sanabria es uno de esos lugares. En sus límites se encuentra el lago de origen glaciar más grande de la península, su leyenda y sus alrededores inspiraron a Unamuno San Manuel Bueno Mártir. A partir del lago, a través de sus aguas limpias y transparentes, oscuras y profundas a la vez, de la nieve dormida en la montaña o de la nieve despierta, al caer, deshaciéndose en el agua, nos llegan multitud de símbolos. Espejo de soledades que diría el escritor.

Cualquier época del año es buena para visitar el lago y su entorno, en cada una de las estaciones que lo hacemos se nos cuenta algo diferente: durante el verano se escucha como ríe la vida en todos sus rincones, en otoño sus dueños son la paz, la calma y el silencio, en invierno se asemeja al escenario de Las crónicas de Narnia, en primavera despierta el verde intenso y en cada tiempo los druidas habitan en él.

Ha sido, y es, curiosidad de, pescadores, senderistas, naturistas y viajeros que han ido dejando, a su paso, huellas de gran interés.

Si te contentas, tan sólo, con hacer un recorrido virtual nunca podrás saber que la leyenda del agua embalsada, que llega a alcanzar hasta tres kilómetros de longitud y se alimenta de pequeños arroyos provenientes de neveros de las sierras Segundera y Cabrera y de cañones de los ríos Cárdenas, Segundera y Tera, no es cierta pero que, en la noche más corta del año, en lo profundo del lago tañe la campana de Bamba en señal de que lo fue.


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