Es verdad que te gusta verte hundida
en el mar de la música; dejarte
llevar por esas alas; abismarte
en esa luz tan honda y escondida?
Si es así, no ames más; dame tu vida,
que ella es la esencia y el clamor del arte;
herida estás de Dios de parte a parte,
y yo quiero escuchar solo esa herida.
Mares, alas, intensas luces libres,
sonarán en mi alma cuando vibres,
ciega de amor, tañida entre mis brazos.
Y yo sabré la música ardorosa
de unas alas de Dios, de una luz rosa,
de un mar total con olas como abrazos.
Blas de Otero
Es verdad que me gusta verme hundida en el mar de la música y los libros, que me dejo llevar por esas alas porque hay música y libros que subyugan y domestican, libros y música de escalofríos y sacudidas. No es menos cierto que, tanto de ellos como de ella, prefiero los que se dejan leer despacio o los que me leen a mí sin prisa, los que roban y dan vida.
A veces me pregunto cómo, unos y otra, pueden salir de la mente y las manos humanas si son cosa divina. Arriba, en la foto, están los instrumentos de Lagarto amarillo esperando , lo mismo que el papel y la pluma esperan, en silencio absoluto, una mano mágica que les dé vida sacando, de ellos, mares de sonidos y palabras para nuestra delicia.
Sin embargo, hoy día, para hacer un viaje, puedes llevar contigo todas las alas de la música que te fascina, pero las alas de los libros siguen ocupando espacio en la maleta y hay que seleccionar mucho los que van contigo en la huída. Y, ahora, estoy pensando en que podrían acompañarme "El esnobismo de las golondrinas" de Mauricio Wiesenthal, "Al sur de la frontera, al oeste del sol" de Haruki Murakami y "Sueñan los androides con ovejas eléctricas" de Philip K. Dick.
"El esnobismo de las golondrinas" por ser un libro de algo más que viajes y sacudidas que, además, se deja leer si orden. «Este libro para amantes de los viajes no es una guía de monumentos y catedrales. Trata, por el contrario, de cafés y mercados, tertulias y fuentes, artesanos y artistas, sombreros y carreras de caballos, maletas y hoteles, melones y sabios, princesas y costureras, islas y antiguas ciudades»
«Quizá no es un libro para gente seria. Por eso lo he titulado 'El esnobismo de las golondrinas'; es decir, pasar la primavera en París y el invierno en Marrakech. Simplemente: cambiar de hotel, de camarote, de comidas, de clima, de café, de amigos; huir incluso de la patria, del fisco y de la familia. No se trata tanto de viajar, como de irse»
"Al sur de la frontera, al oeste del sol" para ver si yo, también, encuentro la chispa al sur de la frontera y porque me encanta lo que escribe Murakami.
Y el de el sueño de los androides porque este verano me leí, de un tirón, "Ubik" del mismo autor y me encantó.
Feliz Navidad!!
Ya les cuento, mientras no se pierdan la música de este grupo : http://www.lagartoamarillo.com/
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