miércoles, 14 de abril de 2010

Cabeza arriba, cabeza abajo.

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Fotografía propiedad de César Pinedo, arquitecto de profesión,
fotógrafo por decisión
y gran amante de la naturaleza.
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Desperté esta mañana con una gran algarabía de pájaros frente a la ventana, nada extraño en primavera. Al levantar la persiana pude ver que las causantes del alboroto eran urracas, tampoco nada raro, en un jardín de ciudad es muy común esta especie de pájaros. Lo que realmente me llamó la atención fue que dos de ellas, a la vez que se daban los piquitos, parecían inmersas en una interesante conversación mientras una tercera observaba.
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- ¡Hola! ¡Cómo te llamas?
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-Yo me llamo Urraco. ¿Y tú?
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-Yo me llamo Urraca. Oye, ¿no estás algo incómodo cabeza abajo?
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-¿Estoy cabeza abajo? Ni cuenta me daba.
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Lo que resultaba cómico era la expresión de sorpresa de la urraca "invitada". Hasta que comenzaron los requiebros había participado en los juegos con sus compañeros, después estuvo observándolos durante un buen rato y por fin, mirando hacia otro lado, meditaba. Creí que lo hacía sobre una frase de Jostein Gaarder: "Cuando dos personas se encuentran y una de ellas está cabeza abajo, no es fácil saber cuál de las dos está colocada correctamente". Sin embargo, la urraca no volvió a molestar a sus amigos por lo que adiviné que pensaba que cualquiera de las dos posiciones era acertada.
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Para poder escucharlos mejor había abierto sigilosamente la ventana pero, en algún momento, se me escapó una carcajada, sintieron vergüenza y emprendieron el vuelo hacia algún lugar más íntimo. Yo me quedé mirando un árbol sin pájaros y prometiendo, para poder captar imágenes como ésta, regalarme una cámara. ¿No es verdad que cualquier ser vivo se asemeja mucho a la especie humana?
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—¿Qué es el canto de los pájaros, Adán?
—Son los pájaros mismos que se hacen aire.
Cantar es derramarse en gotas de aire, en hilos de aire, temblar.
—Entonces los pájaros están maduros y se les cae la garganta en hojas, y sus hojas son suaves, penetrantes, a veces rápidas. ¿Por qué?, ¿Por qué no estoy madura yo?
—Cuando estés madura te vas a desprender de ti misma, y lo que seas de fruta se alegrará, y lo que seas de rama quedará temblando. Entonces lo sabrás. El sol no te ha penetrado como al día, estás amaneciendo.
—Yo quiero cantar. Tengo un aire apretado, un aire de pájaro y de mí. Yo voy a cantar.
—Tú estás cantando siempre sin darte cuenta. Eres igual que el agua. Tampoco las piedras se dan cuenta, y su cal silenciosa se reúne y canta silenciosamente
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De: Adán y Eva (VII) Jaime Sabines



2 comentarios:

Oli dijo...

OLI I7O


˙ɐʇuǝnɔ ıu ɐp ǝs ou ʎ oɾɐqɐ ɐɔoq ɐʇsǝ oun sǝɔǝʌ ɐ 'oʇɹǝıɔ sǝ

˙˙˙soɔıɹɐɾɐd soʇsǝ sosoıɔɐɹƃ ʎnɯ uos

Irina. dijo...

¡¡ɐpıʌ ɹod ǝʇɹǝnɯ ɐíɹıp ǝnb 'soɹɐɾád sol ǝp ɹǝpuǝɹdɐ ǝp ɐpǝnb sou ǝnb ol

˙˙˙ésɐd ǝnb ɐsıɹ ɐl ʎ édılɟ oɯóɔ sɐuıƃɐɯı ǝʇ ıu