miércoles, 23 de septiembre de 2009

Recibiendo al Otoño



Leyenda de Tierra del Fuego KAMSHOUT Y EL OTOÑO (Leyenda Selk’nam - Tierra del Fuego, Argentina-Chile)

Hubo un tiempo en que las hojas del bosque eran siempre verdes. En ese entonces el joven selk’nam Kamshout partió en un largo viaje para cumplir con los ritos de iniciación de los klóketens.

El joven iniciado tardó tanto en volver que el resto del grupo lo dio por muerto.

Cuando nadie lo esperaba, Kamshout volvió completamente alterado y empezó a relatar su sorprendente incursión en un país de maravillas, más allá en el lejano norte. En ese país los bosques eran interminables y los árboles perdían sus hojas en otoño hasta parecer completamente muertos. Sin embargo, con los primeros calores de la primavera las hojas verdes volvían a salir y los árboles volvían a revivir.

Nadie creyó la historia y la gente se rió de Kamshout quien, completamente enojado, se marchó al bosque y volvió a desaparecer.

Luego de una corta incursión por el bosque, Kamshout reapareció convertido en un gran loro, con plumas verdes en su espalda y rojas en su pecho. Era otoño y Kamshout -a partir de entonces llamado Kerrhprrh por el ruido que emitía, volando de árbol en árbol fue tiñiendo todas las hojas con sus plumas rojas. Así coloreadas, las hojas empezaron a caer y todo el mundo temió la muerte de los árboles. Esta vez la risa fue de Kamshout.

En la primavera las hojas volvieron a lucir su verdor, demostrando la veracidad de la aventura vivida por Kamshout.

Desde entonces los loros se reúnen en las ramas de los árboles para reírse de los seres humanos y así vengar a Kamshout, su antepasado mítico.

Fuente: Cuentos y Leyendas Americanas. Ciudades Virtuales Latinas.


Acaba de cruzar el umbral la estación impredecible por excelencia. Y llega, como siempre lo hizo, cantando, a veces, su "balada triste de melancolía". Otras, no quepa duda, se atreverá a arrancarse por alegrías. Se mofará del frío de los cuerpos semidesnudos, acostumbrados al tórrido verano, o del calor repentino de los que, prevenidos, se abrigan. Presumirá de sus nuevas pinturas como los colegiales. Encenderá árboles, apagará días...

No, no es poesía lo que yo vine a hacer. Quiero darle la bienvenida que se merece, con té y pastelillos redondos de luna; los mismos que toman los chinos en su fiesta de Medio Otoño (en la que aseguran que la Luna brilla con más intensidad que cualquier otro día) con sus personas queridas para decirse mutuamente: deseo que sigamos unidos. La fiesta se celebra este año el día 3 de Octubre. Si recibes alguno ya sabes lo que significa y aún tienes tiempo para regalarlos tú, si lo precisas.


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