martes, 16 de septiembre de 2008

Dedicado a María

"Enumerar todas las partes de un árbol,

aún no explica el árbol"

Lao Tsé

Lo sé, ni es un amanecer ni está en tu parque pero hoy es martes, casi de otoño. El árbol de luz. Un guayacán, el árbol de la vida,una llamarada de otoño en primavera, dedicado a María mientras despierta su arce rojo. Seguro que le gusta, en caso contrario, yo lo adopto. Un árbol y un poema:

Yo fui una vez el árbol y su canto. Sí! Y la sombra. Hace tiempo.

Una semana, siete días, bastan para crear un reino.

Del primero tengo los besos transformados en palabras.

(Tienen la suavidad de las plumas por eso les doy mi libertad).

Del segundo, ese aroma a infancia: orégano, nuez moscada y apio.

(¿ Qué es lo que gira como un trompo o se abandona como un juguete roto?).

Del tercero, los fuegos. (Esos soleados desparramados pedazos de lo nuestro).

Del cuarto, el silencio. (Esa otra callada boca del deseo).

Del quinto, el pico y las garras de un águila, (doloridas de mí).

Del sexto, tu perfume, la embriaguez y el costado más cierto del alba.

Por eso, esta mañana, siendo hijo del viento,

soy, simplemente, encendida hojarasca.

L. A. SALVAREZZA "Diario de un poeta"

1 comentario:

Muerte por vida dijo...

Algún día nos tienes que presentar a la tan querida María...

Me gusta el cuarto día, viviendo así da gusto.

Besos otoñales

Vida