sábado, 5 de julio de 2008

Miradas que matan


"E investigo,

ya sé que, a veces, no hago todo lo que digo

pero resuelvo siempre bajo el aguacero

aunque me tenga que mojar."

"Sobrevuelo" Lagarto Amarillo

Y esta es una de las veces, el mes de julio no iba a tener entradas. No obstante, después de lo que cuente, comprenderéis...
.
Sucedió anoche, estaba leyendo en la terraza del jardín a la luz de una farola, con la única compañía de mosquitos y polillas, cuando vi volar un enorme pájaro blanco que vino a aterrizar en una acacia situada frente a mí. Al principio pensé que era una lechuza, son muy habituales por aquí. Al no tener ni prismáticos ni cámara, cuando me acerqué, no sin recelo por mi parte aunque no por la suya, pude comprobar que se trataba de un búho de mirada amarilla y penetrante, como la de cualquier otro búho, pero con la particularidad de tener el plumaje blanco con algunas motas grises. Puede que se tratara de un ejemplar albino, no es el hábitat natural de un búho níveo. ¿Qué se le habría perdido por allí? El encantamiento duró poco, sus ojos se clavaron en los míos por unos segundos, más tarde me ignoró, giró su cabeza a uno y otro lado como tratando de elegir nuevo rumbo y con la misma elegancia con la que se había posado en el árbol volvió a remontar el vuelo.

Desde siempre me atrajeron las aves nocturnas, cuando niña tuve la suerte de "criar" una lechuza, o "coruja" como aquí la llaman, que llegó una noche hasta casa, herida por el disparo de un cazador, hasta que murió y tuvieron que disecarla para que no la echara de menos pese a que por esta zona se cree que, tanto lechuzas como búhos, son aves de mal agüero que anuncian muertes con su ulular, pero a mí por aquella época, además de la lechuza, nadie se me murió.

Hoy investigué. En las leyendas europeas, las apariciones repentinas de estos animalitos tienen dos vertientes: la de los antiguos romanos en la que anuncian muertes de familiares y la de los griegos que asocian estas aves con Atenea y, por tanto, vienen a darte fuerza y sabiduría para que seas capaz de resolver algo (ni que decir tiene que prefiero la segunda, además siempre me cayeron mejor los griegos que los romanos). Y para algunas tribus o para los chamanes, los espíritus pueden reencarnarse en búhos para traer mensajes del más allá.

No he encontrado nada que hable sobre sortilegios de búhos blancos aunque se da la coincidencia de que, desde hace seis años, yo no me separo nunca de un precioso búho blanco de peluche que me regalaron por mi cumpleaños.


2 comentarios:

Muerte por vida dijo...

Si algo me enseñó Julio Medem con sus películas, es que las casualidades existen.
Creo que tuviste muchísima suerte de ver un búho blanco.
¿Ése peluche -si se puede preguntar- te lo regaló alguien querido?


Besazos renovados de brisa

(Pasé una semanita en las islas del norte...-conociendo nacionalidades del mundo- por eso no pude asistir a tu despedida)

Encantada de verte por aquí de nuevo :D
Vida.

Irina. dijo...

Sí, sí, una persona muy querida y me da suertecilla, je,jjee..

Espero que te lo hayas pasado muy bien.

Un besazo!!