miércoles, 9 de julio de 2008

Funambulismo optimista


A veces me siento
como un águila en el aire.
P. Milanés
*

ESTADOS DE ÁNIMO

Unas veces me siento

como pobre colina

y otras como montaña

de cumbres repetidas.

Unas veces me siento

como un acantilado

y en otras como un cielo

azul pero lejano.

A veces uno es

manantial entre rocas

y otras veces un árbol

con las últimas hojas.

Pero hoy me siento apenas

como laguna insomne

con un embarcadero

ya sin embarcaciones

una laguna verde

inmóvil y paciente

conforme con sus algas

sus musgos y sus peces,

sereno en mi confianza

confiando en que una tarde

te acerques y te mires,

te mires al mirarme.

M. Benedetti

Los escépticos y los optimistas se miran siempre de reojo.

Son desconfiados de nacimiento,

  • Los escépticos se burlan de los demás y de sí mismos. Se aburren de creer y no echan de menos las ausencias.
  • Los optimistas vencen el tedio y la fiebre. Aprenden del ayer y no lo borran. Conocen y reconocen que vendrá algo mejor y desde ya preparan la bienvenida.
  • Los escépticos van y vienen sin nada. Y lo que es peor sin nadie. Abrazan el pesimismo como único consuelo. Inventan una tristeza sin lágrimas dura como una mueca.
  • Los optimistas se entienden con el río y con el cielo que lleva en su corriente. Saben que allí navega la tutela más leal y más respetable, y asumen el alma como agua.
  • Los escépticos son apenas mendigos, y el tiempo que transcurre les deja sin limosna. No logran escapar del viejo laberinto y reciben mensajes que son indescifrables.
  • Los optimistas en cambio guardan a menudo algo de gloria, que no es siempre la de hoy ni la de antes. Hacen un nudo con las certidumbres y llenan su bolsillo de poesía.

M. Benedetti. "Vivir adrede"

Mil gracias a mi padre por haber sabido inculcarme el valor del optimismo, aún sin religión alguna, advirtiéndome antes de todos los riesgos que conlleva creer en la gente pase lo que pase. Mil gracias porque sí, es cierto, se sufre pero lo importante es ser fiel y confiar en uno mismo, te llamen como te llamen. Mil gracias porque algo que se asemeja mucho a este retacito de "Vivir adrede" de Benedetti lo he escuchado de mi funambulista favorito muchas tardes. Y porque hoy es mi asidero para seguir adelante.



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