sábado, 5 de enero de 2008

Inviernos que engañan, alquimia de color

ERA INVIERNO, LLEGASTE Y FUE VERANO.

Era invierno, llegaste y fue verano.
Cuando llegue el verano verdadero,
¿qué será de nosotros?
¿Quién calentará el aire
más que Agosto y que Julio?

Tengo miedo
de este error de los meses que has traido.
¿Quién es nuestro aliado: Tú o yo?
Cuando llegue el verano
quizá el aire esté frío...

Era invierno y llegaste.
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Antonio Gala
Las estaciones, no siempre, se suceden en orden cronológico. Aquella noche de invierno en la que, después de un duro día de trabajo, me reuní con los amigos en el lugar donde las obligaciones no existen y las preocupaciones se olvidan, llegó como un relámpago su presencia y su risa.
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También él se buscaba, cada noche, huyendo de la rutina, del ruido, del bullicio solitario de la gran ciudad.
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- ¡ Buenas noches, Irina!
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Dijo conocer mi nombre porque se lo había oído a los amigos que conmigo se reunían en aquel lugar. Era un artista. Soñaba, imaginaba, mezclaba colores y creaba cuadros que, porque de algo hay que vivir, después vendía, aunque la idea no le satisfacía demasiado ya que a la mayoría de los compradores sólo les interesa que hagan juego con sus muebles sin saber apreciar que la belleza de un cuadro, más que en el cuadro en sí, está en lo que significa.
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Bromeé con él, pidiéndole que pintara uno para mí, puesto que yo sabría valorarlo e interpretar su auténtico significado o, al menos, lo intentaría.
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Charlamos largo rato sobre nuestro trabajos y otras cosas, más o menos, transcendentales de nuestros días. Él, hablaba siempre mirando a los ojos, derrrochando química, pero bajo una apariencia sería, lejana y fría. No obstante, entendí, que tras él se escondía aquella persona entrañablemente sensible, con gusto exquisito por los detalles y las pequeñas cosas que nunca se olvidan. Me llenó de sueños disfrazados de vida.
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Luego, nos despedimos hasta la próxima noche prometiendo, ambos, que volveríamos. Fue, entonces cuando sonó el despertador que anunciaba un nuevo día y, aquella mañana, no tuve que preocuparme por la posición o por el color de los cristalitos del calidoscopio. ¡ Aquella mañana, amanecía!
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Unos días más tarde, recibí un paquete con un cuadro firmado. La dedicatoria decía: "Porque, a mi manera, te lo prometí y porque, no me cabe duda que, sabrás apreciar lo que significa". No sé si supe o no supe. Lo cierto es que me quedé anclada en el muelle, parada sobre el puente de lo miedos infantiles, olvidando aquel viento que me acercó a su orilla. Y, hoy, busco aquí su sombra para mis noches frías.
(Lluís Llach)
A força de nits
m'estimo la vida
i d'ella en vaig fent
la millor amiga,
a cop de veritats,
a cop de mentides,
un poc em fa mal,
un poc em fascina.
A força de nits
invento les albes
que cada matí
desvetllen la plana,
i espero el seu crit
que em digui "és ara",
per ser al seu costat
si serveixo encara.
I mentre, aprenc
el preu d'un anhel,
l'espasme del plor,
l'alfabet del crit,
i així faig del temps
el meu aliat
que cada segon m'acosta al demà.
A força de nits
envejo el nou dia,
malgrat els botxins
de raons i de vides
.no oblideu cap nom:
caldrà fer memòria
per no repetir
el pas d'una història.

2 comentarios:

Muerte por vida dijo...

Bonito relato. ¿Llegó a ser verdad, en algún momento de la vida de Irina? Si es así, te felicito por tu fortuna, nunca se encuentra a un hombre así todos los días ;) (más quisiera yo una persona así para mí...)

Y cuidado con los puentes, que nunca suelen ser fiables...

Saludos, y gracias :D

[Muerte por vida]

Irina. dijo...

Puesto que existen dos clases de realidades: la vivida y la soñada, siempre fue cierto.

No temo los puentes, me gustan más que las barreras ;))

Irina.