martes, 4 de enero de 2011

Coincidir, "descoincidir"

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"The Beach at Heist" Georges Lemmen

COINCIDIR

Soy vecino de este mundo por un rato
y hoy coincide que también tú estás aquí
coincidencias tan extrañas de la vida
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio...
y coincidir.

Si navego con la mente el universo
o si quiero a mis ancestros retornar
agobiado me detengo y no imagino
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio...
y coincidir.

Si en la noche me entretengo en las estrellas
y capturo la que empieza a florecer
la sostengo entre las manos...mas me alarma
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio...
y coincidir.

Si la vida se sostiene por instantes
y un instante es el momento de existir
si tu vida es otro instante... no comprendo
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio...
y coincidir.

Autor: Alberto Escobar

(Es una canción mexicana. Aquí su traducción a varios idiomas)
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Quien haya leído alguna vez el blog, se habrá dado cuenta de que una de las palabras que más me atrae es coincidir (o coincidencia). No en cualquiera de sus acepciones pero sí en la que puede tener como sinónimos: armonizar, estar de acuerdo, encajar, encontrarse... Supongo que para que exista una coincidencia de esta índole no sólo se debe poner en marcha toda la maquinaria del Universo si no que, además, debe funcionar correctamente. Por eso, una "descoincidencia" puede llegar a desequilibrar más que un rabioso dolor de muelas y mucho más que cualquiera de las pérdidas naturales: de la muerte como consecuencia de la vida, del desgaste que llevan consigo las convivencias, del olvido que impone la distancia... incluso, de los desencuentros que trae la diferencia de opiniones. Estas pérdidas suelen, tarde o temprano, aceptarse y, para ellas, siempre se encuentran palabras de consuelo. Sin embargo las pérdidas que se producen de un instante a otro y se demuestran tan sólo con un giro de cabeza, mirando hacia otro lado, como si de pronto un muro invisible se interpusiera entre dos viejos "coincidentes" y no se vieran, éstas, dejan heridas profundas y tarde o nunca se aceptan.
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Cada vez que se acerca un chiquillo a comentarme una "descoincidencia" no consigo encontrar palabras de ánimo. No sirven siquiera las de: "Así es la vida", "Tienes que aceptarlo" o "Si eso pasó, no valía la pena"... porque ni así debe ser la vida, ante sucesos semejantes sería buena una explicación e igual sí merecía la pena. La personita que me lo cuenta se siente mutilada y yo no he sido preparada para entender ese tipo de absurdas pérdidas. Aunque el motivo aparente sea que el "descoincidente" encontró a alguien mejor con quien compartir sus momentos, es tan pequeño un corazón que no alberga varios coincidentes que, además, me niego a querer entenderlas. De lo que no me queda la menor duda es de que no se trata de pequeños problemas infantiles, en el mundo de los adultos crece la incomunicación, las "descoincidencias", y seguimos sin saber aceptarlas o sin querer resolverlas.
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OS DESEO UN FELIZ AÑO CON FELICES COINCIDENCIAS!
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