sábado, 14 de mayo de 2011

Mi lado pirata

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En la contraportada del libro puede leerse:

-"Si no fueses una mujer, te convertirías rápidamente en uno de los mejores corsarios de este navío".

-"No me importa vivir escondida -murmuró Mary- si puedo estar a tu lado".


Que la portada rosa del libro no engañe, no se trata de una novela romántica. Más bien es la historia de una pirata que se salió de la norma rompiendo esquemas pero a la que, como puede apreciarse en la contraseña, sentimientos no le faltaban. Hasta los temidos piratas los tenían y, si bien, eran crueles atacando navíos, a la hora de repartirse el botín cada uno obtenía lo que en justicia le correspondía.


Todos, por distintos motivos, hemos jugado alguna vez a ser piratas. Unos, para alzarse con el botín (los más); otros, para pasar desapercibidos en ayuda de alguien. Yo misma fui corsario por una buena razón y, seguramente, no me importaría volver a decir seguramente desde el barco pirata que nos llevó al abordaje. No me importaría, si se me aceptara, volver a calzarme la pata de palo y a ponerme el parche en el ojo por la causa. No me importaría acudir a cualquier llamada de quien, en su llegada a puerto, me echara de menos. Lo que no voy a permitir, puesto que no di consentimiento para ser juzgada, es que ninguna otra pirata haga juicios de valor sobre mí sin conocerme y, mucho menos que, al no ser capaz de entenderme, intente tirarme por la borda para dejar patente su ego protagonista consiguiendo en su hazaña que se me eche de más. La rivalidad, entre buenos piratas, está descartada.


Aunque hoy que aquellos personajes de los mares ya no existen, y que lo importante es el reparto del tesoro, me temo que desafíar al oleaje en la mar brava no sea buena idea. No se debe olvidar que algunos somos bucaneros de agua dulce navegando sobre un cascarón de nuez a merced de la corriente, y sólo podemos enfrentarnos torpemente a la resaca de la mar picada .


(A ti, que no entendiste mi lado pirata, por si lo lees y te interesa)


lunes, 2 de mayo de 2011

Risa de mayo


"Boca de flor" Octavio Ocampo


"Cuento con tu risa"

Yo cuento con tu risa para alzarme

como un cometa tras la luna nueva.

No me asusta el otoño si tu vienes

con tus labios llenos de primavera.


Yo cuento con tu risa para el día que

la tristeza venga aquí a hospedarse

entre mis ojos llenos de nostalgia,

entre mis manos torpes de añorarte.


Pero cuento con tu risa, no lo olvides,

desde la noche oscura hasta el alba.

Cuento con tu risa, que es lo mismo

que no tenerle miedo a casi nada.


(Tres estrofas de la canción de Cómplices)


¡Sonríe, mes de mayo, que ya es hora! Pocas veces lo he pedido y muchas me lo has negado. Siempre me alegra que se puedan recoger los frutos de cualquier trabajo. Incluso las semillas que ayudé a sembrar cuyas flores otros recolectaron sirven de algo.

Disculpa si este mayo te pido un guiño de risa y flores. Si este mayo soy algo egoísta. Hace tiempo, y pacientemente, me puse a la cola y ya me va tocando. Disculpa si sigo consejos de grandes amigos que me dicen: ¿Y, tú, cuándo? Disculpa si después de haber dado, y viendo que quienes piden reciben, me atreva a pedir.

Es curioso, tengo una amiga que opina que quienes acostumbran a dar malacostumbran a los que reciben hasta el punto de que si, alguna vez, ellos se atreven a pedir serán rechazados. Al contrario, reciben elogios los acostumbrados a pedir, el día que dan algo. ¡Somos así de contradictorios! No sé si tendrá que ver con el mito del hijo pródigo que regresa... frente al que se queda en casa trabajando.

Pero lo dicho, mayo, no lo olvides: sin temor al rechazo, a mí también me encanta que me malacostumbren de vez en cuando. Y cuento, para ello, con tu risa porque de recuerdos, añoranzas y nostalgias ya voy bien servida este año.