miércoles, 29 de abril de 2009

Barómetro y balanza

Entre mis cosas más preciadas tenía una antigua balanza para pesar la felicidad y un barómetro de agua coloreada para medir la alegría.

Un día, el fiel de la balanza enmudeció en el propio instante en que debería inclinarse hacia el lado de las cosas positivas. Ese mismo día, el vidrio de la tormenta ni bajaba ni subía; lo extraño es que esto sucediera en una noche de nubes rojas cuando se suponía que el nivel de agua del barómetro levantaría por encima de los números indicadores de tiempo estable.

Era abril aquel día.

Tal vez deba comprarme una nueva balanza analítica y un barómetro moderno de mercurio porque un jardín sin estos dos artilugios carecería de falta de identidad. Sí, eso es, necesito una balanza de precisión para pesar las semillas y un buen barómetro que me indique cuando debo, o no debo, plantarlas y regarlas o no crecerían.

Uf, menos mal que abril termina.

(Mola esto de tener blog, je, jje... así cuando lo lea el próximo abril podré preguntarme qué diantres me pasaría y, puede que, hasta llegue a encontrar la respuesta.)

viernes, 24 de abril de 2009

Palabras a media voz

EL SILENCIO DE LAS SIRENAS

Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación. He aquí la prueba: Para guardarse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones mas fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con inocente alegría.

Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.

En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas les hizo olvidar toda canción.

Ulises, (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él se hallaba a salvo. Fugazmente, vió primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo mas acerca de ellas.

Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.

Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.

La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.

Franz Kafka, Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924

Desde muy pequeña, tal vez desde aquel día en que, gracias a mi tío abuelo el ciego, entendí que no sólo las palabras se escribían y tenían sonido si no también que eran toda la esencia de la comunicación, me cuesta vivir sin ellas.

Por tanto, pueden regalarme de las palabras todas, amargas o bellas, siempre que estén tan claras que no confunda la grima con la lágrima, invierno con primavera, revolver con revólver ni esperanza con espera... ya que sabré aceptarlas de buena manera.

Pueden regalarme de las rosas todas, incluso la negra, que es amor por ser rosa y pena por ser negra.

Pero de los silencios regalados sólo acepto aquellos que escribe la música o aquellos otros que me ofrecen los valles, cuando voy a mi propio encuento, armonizando el ritmo de la vida con los sonidos puros de la naturaleza. Ningún otro anidará en mis oídos porque, como a Ulises, lo único que puede herirme es el silencio, mi único dios es el de las palabras y, a diferencia de Ulises, no sé traducir silencios en cantos de sirena.

Esto es una realidad mía, íntima y auténtica, que he querido recordarme en el Día del libro porque, desde entonces, los libros van unidos a ella.


martes, 21 de abril de 2009

Canto y cuento

Yo fui el bandido,

de las llaves de tu barco,

descubrí que no era el mío,

y lloré frente al timón…


Quién me iba decir a mí

que esa vela tan bonita,

que esa vela tan preciosa no era la mía, no, no, no,

no era para mí…


Pero no me arrepiento de ná,

tú fuiste mi capitana,

no importa si llegamos a puerto

sólo si recuerdas la ola que nos llevaba.


Hoy entregaré las llaves

a ese nuevo navegante,

nunca contrincante,

porque lo elegiste tú.


Así que alza la vela,

coge el timón,

sólo te pido darte cuenta, marinero,

que lo que ahora tienes es un barco de hormigón.


Oh, alza la vela,

coge el timón.

Sólo te pido darte cuenta, marinero,

que lo que ahora tienes es un barco de hormigón.


Es que yo fui el bandido,

de las llaves de tu barco,

descubrí que no era el mío,

y lloré frente al timón…




Por muy bandido que sea, que a nadie se le ocurra dejar jamás las llaves (ni el móvil, ni la cartera) bajo el felpudo... ni en el buzón. Precioso vídeo, tremenda canción.

Ja,ja,jaaa, es que llevo tiempo intentando descifrar la letra de otra que ya debería saberme de memoria y no hay manera. Cada vez que la escucho consigo distinta versión y no me atrevo a publicarla, no. Ahora que, si sabe alguien de que hablo y me presta una ayudita le estaría eternamente agradecida.

Je,jje, que ando yo un poco peliculera hoy.
-

domingo, 19 de abril de 2009

La quinta del álbum

-


"Todo en una noche de ratones", la quinta canción del álbum de Genesis "Viento y borrasca", que fue otra de las que pasó bastante desapercibida a la crítica y que, sin embargo, a mí me encanta.

Está contada, dejando a un lado la temática de ciencia ficción, como si se tratara de la fantasía de un cuento para niños en la que un ratón sale, cierta noche, de su escondite siendo avistado por el gato de la casa que le persigue hasta que el roedor alcanza a sacudirle en la cabeza con un tarro y el minino tiene que salvar su honor, ante tal circunstancia, diciendo que el ratoncillo era enoooorme. Realmente una historia muy humana que no sé por qué me ha dado a mí por enlazar, esta tarde de domingo, que me cae como una losa, con el comienzo de uno de los relatos de Juan José Millás: "Las palabras de ella" de su libro: "Los objetos nos llaman":

Había discutido otras veces con su marido, pero siempre se quedaba con las ganas de decirle lo que pensaba de él o de mandarle al cuerno. Después de cada una de sus peleas, se arrepentía de no haber hecho acopio de valor para coger la puerta y marcharse de casa. En su fantasía, sin embargo, no dejaba de hacerlo.

..........

Pero la distancia entre la fantasía y la realidad era excesiva para decidirse a dar el salto. Al final le dejaba hablando solo y se metía en la cama poseída por una rabia que, con suerte, se diluía en el sueño.

Aquel día ocurrió algo dentro en su cabeza porque cuando llevaban media hora peleando y al comprender ella que no se trataba de una discusión de trámite, sino de una manifestación de poder por parte de él, abrió la boca y misteriosamente salió la frase que tantas veces había pronunciado en su fantasía.

- ¿Sabes que te digo? Que me voy.

Cogió el abrigo con una expresión idéntica a la imaginada, se lo puso con los mismos movimientos y dio el mismo número de pasos que había dado tantas veces dentro de su cabeza...... Entonces se detuvo y comprendió que no tenía adónde ir. En su fantasía siempre se había detenido en el momento de dar el portazo y llamar al ascensor. Carecía de entrenamiento para llegar más lejos.

.............

Tal vez sea un error tratar de unir las dos historias. La primera habría resultado mejor si ningún gato hubiera estado al acecho, la segunda saldría mejor parada en el supuesto de que alguien esperara. Pero así suelen ser las cosas en el mundo de fantasía y en la vida diaria, como la merienda de locos del cuento de Alicia que aparece ilustrada por la colorista Bakanekonei y que a mí me encanta. Además en el dibujo a Alicia, a pesar del susto, se la ve muy mejorada.



No sé si es todo el mes de abril el que me pesa o si sólo tiene algo que ver con una tarde de domingo tediosa y lenta.

lunes, 13 de abril de 2009

Aguaaaaaaaaaa!!

-

Aquí estoy, de puerto presente, ja, jja (hay que ver lo que cambia una frase con tan sólo cambiar un par de letras). Acabando de aterrizar, hace poco, me ha vuelto a dejar ingrávida el tema, no sé si no me habré equivocado de planeta. Y sí me lo recuerda tanto que se me ha ido la memoria a aquel otro de "lejos de veras", o mejor, "cerca de veras". Mil gracias por las recomendaciones y por el disco entero, tú sabes. Hala, ya tenemos música buena con mensajes positivos y esperanzados para ir sonando a la mina mientras otra, tan deseada, nos llega.

Aunque, en estos momentos, lo que ando yo pensando es que bien podría ser cierto (y a mí no me importaría que lo fuera) aquel verso que dice: "...no hay maestro, sólo escuela..." Vamos, que no me gusta, nada de nada, tener que madrugar, de nuevo, mañana estando ya acostumbrada a las mañanitas de abril que son dulces de dormir pero ya se sabe: " …la vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes…" y "…si la vida es un momento, penitas pa´fuera, échalas al viento…"

sábado, 4 de abril de 2009

Nuevo Abril



Chus Pérez de Castro "Nardos"

Picoteando la cáscara
de algún viejo recuerdo
con la lluvia de Abril
nacerá mi poema
le pondré mil colores
los más puros y claros
una música tenue
y el perfume de nardos.

Como una luciérnaga
brillará titilando
subirá por los aires
escapando de mi alma
se estirarán mis manos
sin poder alcanzarlo,
se quedarán mis labios
como siempre rogando:

Que una estrella lo guíe
que lo lleve a tu lado,
pues si tú lo encontraras,
y llegas a escucharlo
mi poema de Abril
quizá viva... hasta Mayo.

"MI POEMA DE ABRIL" Ramón de Almagro.
*
Al fin nos vamos a descansar un poquito, a leer y a vivir otro Abril mucho mejor que el pasado. Tal vez, sea algo feliz y por eso se me fue la inspiración. Alguien me dijo un día que debe haber marejada de fondo para estar inspirado. Nos vemos a la vuelta.