sábado, 20 de diciembre de 2008

¿Quieres leer en el desierto del Principito?

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En realidad, y por si a alguien le apetecía regalarlo en Reyes, sólo venía a recomendar el libro de la imagen. Un precioso libro de Gonzalo Moure escrito para niños, a partir de diez o doce años y, como cada vez que un libro invita a pensar, para no tan niños.

Y a dejar su reseña:

Lucía Alfaro todavía conserva el cuaderno de tapas negras de su niñez, en el que anotó con detalle las observaciones que realizó en un bosque de hoja caduca. Lucía rememora aquel verano, en el que disfrutó de la compañía y la amistad de Tsipi, el ruiseñor que vivía en el claro del grosellero, y que le permitió abandonar la infancia sin olvidar quién fue y descubrir que, tanto para el hombre como para el pájaro, la vida es aprendizaje, dolor, amor y muerte. Lo vivido y lo soñado en la infancia tiene en el recuerdo el camino para recuperarlo, y en la escritura, el medio para transmitirlo.

Pero, ocurre casi siempre que, detrás de cada libro que encandila se encuentra un escritor magnífico. Por eso, además de la reseña del libro, enlazo con el lugar donde encontré a Gonzalo Moure "escriviviendo".

A todos los niños les encanta ver llegar el bibliobús a la puerta del colegio. Tiene tantas estanterías cargadas de sueños guardados en libros...El que aparece en el blog de Gonzalo es diferente.



Lleva la ilusión, los sueños y los libros hasta aquel lugar donde, en tiempos, apareció el Principito. No sé si ya se habrá hecho tarde para apuntarse y seguirlo pero se necesitan voluntarios y puede que salgan nuevas expediciones en lo sucesivo. Sólo tienes que informarte, por si te interesa cuelgo el cartelito.


miércoles, 17 de diciembre de 2008

Gemínidas

"Cuento de Navidad" Ray Bradbury


El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque pasaba unos pocos kilos del peso máximo permitido y el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando éstos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.

-¿Qué haremos?

-Nada, ¿qué podemos hacer?

-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!

La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso.

-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.

-¿Qué...? -preguntó el niño.

El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer "día". Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:

-Quiero mirar por el ojo de buey.

-Todavía no -dijo el padre-. Más tarde.

-Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.


-Espera un poco -dijo el padre.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.

-Hijo mío -dijo-, dentro de medía hora será Navidad.

La madre lo miró consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios.


-Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.

-Sí, sí. todo eso y mucho más -dijo el padre.

-Pero... -empezó a decir la madre.

-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.

Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.

-Ya es casi la hora.


-¿Puedo tener un reloj? -preguntó el niño.

Le dieron el reloj, y el niño lo sostuvo entre los dedos: un resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el momento insensible.

-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?

-Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.

-No entiendo.

-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado.

Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.

-Entra, hijo.

-Está oscuro.

-No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.

Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

-Feliz Navidad, hijo -dijo el padre.

Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas.


Las Gemínidas encienden el árbol de Navidad del Planeta Tierra y dan entrada a las fiestas. Del 7 al 17 de Diciembre pueden observarse, a simple vista, desde el Polo Sur. Por desgracia, este año, la Luna ha estado en su fase de Luna Llena.

¡ Que nos iluminen por otros muchos !

¡¡ FELICES FIESTAS !!


lunes, 15 de diciembre de 2008

Camuflaje




Nicole es una salamanquesa amarilla que vive, desde hace tiempo, escondida en un agujerillo de la terraza. Sale, a veces, por las noches, cuando ya nadie hace ruido y ella cree no ser vista, a cazar mosquitos y polillas. También le gusta tomar el sol en los momentos en que no se siente perseguida. Aunque su "broche" se camufla fácilmente en los colores de paredes blanquecinas, si presiente que la miras se queda muy quieta observándote, tras su pupila de orientación vertical, a la expectativa.

Si deseas que permanezca un rato en tu compañía, del mismo modo que ella, debes quedarte muy quieto/a mirándola e intentar convencerla, en voz bajita, de que no vas a hacerle ningún daño. No te distraigas ni gires la cabeza hacia ningún lado porque cuando quieras volver a mirarla ya se habrá escondido en su guarida.


Hoy, esta gran aliada de los jardineros, ha llegado aquí, confundida entre el frío y la nieve, para despedirse hasta la próxima primavera. No le gustan los rigores del invierno pero los ha sorteado porque, a fuerza de paciencia y ritos, sabe que tiene una amiga que se llama Irina.



domingo, 14 de diciembre de 2008

Una tentación


“¿CÓMO ES POSIBLE QUE UNA PERSONA QUE VIVE HOY SEA IDÉNTICA A OTRA QUE VIVIÓ HACE DOSCIENTOS AÑOS?” ANA MARÍA MAYA, IMPORTANTE BAILAORA GITANA Y DESCENDIENTE DEL HISTÓRICO CANTAOR GADITANO EL PLANETA, ES EL MISTERIOSO HILO QUE NOS CONDUCE HASTA EL SORPRENDENTE FINAL DE ESTA NOVELA, DONDE NADA DE LO QUE SUCEDE OSE DICE ES LO QUE PARECE SER. SI ESE ÚLTIMO REDUCTO ECOLÓGICO DE LAS ISLAS FIDJI ES PROTAGONISTA DE LA PRIMERA PARTE, Y EN DONDE ESE ASIENTAN LAS BASES PARA EL POSTERIOR DESPEGUE DEL MISTERIO, ESPAÑA LO ES DE LA SEGUNDA, EN DONDE EL PINTOR GOYA Y EL ROSTRO DE SU MAJA JUGARÁN UN PAPEL FUNDAMENTAL EN LA TRAMA. JOSTEIN GAARDER EN EL MUNDO DE SOFÍA PRESENTABA, DE FORMA AMENA Y DIDÁCTICA, LAS DISTINTAS CORRIENTES DEL PENSAMIENTO EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, PERO EN MAYA VA AÚN MÁS LEJOS. CON EL SUSPENSO DE LA TRAMA, EL AUTOR NOS EXPLICA LA EVOLUCIÓN DE LOS VERTEBRADOS Y DEL UNIVERSO A PARTIR DEL BIG BANG, ASÍ COMO TODA UNA TEORÍA SOBRE LA RELATIVIDAD DEL TIEMPO, Y NOS PLANTEA SI EL UNIVERSO TIENE UNA FINALIDAD CONCRETA O NO. ENTRE LOS DISTINTOS PLANTEAMIENTOS FILOSÓFICOS QUE NOS SUGIERE, ESTÁ RECOGIDA TAMBIÉN LA IDEA HINDÚ DE LA MAYA, ESA ILUSIÓN QUE CREA UNA IMAGEN FALSA DEL MUNDO EN NOSOTROS Y QUE NOS IMPIDE PERCIBIRLO TAL COMO ES.


Cierto que el libro cuenta ya sus años pero, es lo que tiene la magia de la Navidad, te lo sacan al escaparate guiñándote y terminas por comprarlo. Mucho más cuando está editado, como libro de bolsillo, con esta tentadora portada y por menos de 10 euros. Es, entonces, cuando dices: "voy a echarle un vistacillo" y te encuentras allí dentro con alguna que otra calle de Madrid, Sevilla o Salamanca, además de con algún personajillo conocido, y deseas saber cuál es la idea que tiene el autor sobre la "ilusión" de la maya y todo aquello sobre la teoría del Big Bang y... no puedes evitarlo...

Y te lo regalas por Navidad como los turrones.
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viernes, 12 de diciembre de 2008

Gas y luz, luz de gas, gusy luz


Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.

Rosalía de Castro "Negra sombra"


- ¿A que es cierto que existen los Reyes Magos?

- ¿Por qué me lo preguntas?

- Porque algunos niños dicen que son los padres.

- ¿Y tú, qué piensas?

- Yo creo que sí existen, pero como son muchos los que me lo han dicho, ya lo estoy dudando.

- Verás, algunas veces, no es cuestión de que sea cierto o de que no sea cierto, sino de lo que uno quiere que sea. La magia no tiene nada que ver con la realidad.

- Entonces, yo voy a seguir creyendo no sea... que no me vayan a traer ningún juguete. ¿Tú, qué les vas a pedir?

- Este año un Gusy Luz, como cuando era pequeña.

- ¿Tienes miedo por las noches?

- Miedo a la oscuridad, no. Pero creo que tener uno es una buena idea para pagar menos en la factura de la luz, o para apretarle el botoncito y que suene la música cuando quieran hacerme luz de gas o no me crean...

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lunes, 8 de diciembre de 2008

A tu manera especial



Génesis "Wind & Wuthering"

Who Has Seen The Wind ? (¿Quién ha visto el viento?)

Who has seen the wind ? (¿Quién ha visto el viento?)

Neither I nor you: (Ni tú ni yo:)

But when the leaves hang trembling, (Pero cuando las hojas cuelgan temblorosas,)

The wind is passing thro'. ( El viento está pasando.)

Who has seen the wind ? (¿Quién ha visto al Viento?)

Neither you nor I: (Ni tú ni yo:)

But when the trees bow down their heads (Pero cuando los árboles inclinan sus cabezas)

The wind is passing by. ( El viento está pasando.)

Christina Rossetti

Un poema de Christina Georgina Rossetti parece ser que inspiró a Mike Rutherford para escribir la letra de la tercera canción del álbum "Viento y borrasca". Your Own Special Way es una preciosa balada que me llegó a través de un amigo de los que se fueron y que escucho hoy, después de tanto tiempo. Aunque no tuvo tanta aceptación como otras muchas canciones de Génesis quiero dedicársela a la otra María (la sevillana), como postalita navideña de invierno, por tantos abrazos suyos.

Whose seen the wind not you or I, (¿Quién ha visto al viento?, ni tu ni yo,)

But when the ship moves she's passing by. (Pero cuando se mueve el barco, ella pasa por ahí.)

Between you and me I really don't think, (Entre nosotros dos realmente no creo,)

She knows where she's going at all. (Que ella sepa hacia donde se dirige.)

Y no, puede que ella, como yo, tampoco sepa hacia dónde se dirige pero llegará a buen puerto, eso le deseo. ¡Y un abrazo inmenso!



sábado, 6 de diciembre de 2008

Diciembre, jardín de invierno

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Llega el invierno. Espléndido dictado me dan las lentas hojas vestidas de silencio y amarillo.

Soy un libro de nieve, una espaciosa mano, una pradera, un círculo que espera, pertenezco a la tierra y a su invierno.

Creció el rumor del mundo en el follaje, ardió después el trigo constelado por flores rojas como quemaduras, luego llegó el otoño a establecer la escritura del vino: todo pasó, fue cielo pasajero la copa del estío, y se apagó la nube navegante.

Yo esperé en el balcón tan enlutado, como ayer con las yedras de mi infancia, que la tierra extendiera sus alas en mi amor deshabitado.

Yo supe que la rosa caería y el hueso del durazno transitorio volvería a dormir y a germinar: y me embriagué con la copa del aire hasta que todo el mar se hizo nocturno y el arrebol se convirtió en ceniza.

La tierra vive ahora tranquilizando su interrogatorio, extendida la piel de su silencio.

Yo vuelvo a ser ahora el taciturno que llegó de lejos envuelto en lluvia fría y en campanas: debo a la muerte pura de la tierra la voluntad de mis germinaciones.

"Jardín de Invierno" Rubén Darío

Cada año cuando se encienden las luces de la Navidad, los turrones y las postales me pongo a temblar. Pronto se irá otro año que, con toda la impotencia al no poder cambiarlo, para mí no fue bueno. Varios puntos de referencia se marcharon para no volver jamás y, en estos días más que nunca, les echo de menos.

Vivas, en el recuerdo, quedaron aquellas otras Navidades en las que ni vislumbraba el atisbo de la tristeza que sentían, podría asegurarlo, aquellos que me rodeaban. Por ellos, y por los que me llegaron más tarde, voy a intentar, aunque tenga que hacerlo agarrada a mi mantita, que quienes ahora me rodean puedan tener, un día en el recuerdo, las suyas propias tan felices como lo fueron las mías.

Por eso, cuando todo termina, cincelaré dentro de mí aquellos versos que escribió Miguel Hernández:

Lo que haya de venir, aquí lo espero

cultivando el romero y la pobreza.

Aquí de nuevo empieza

el orden, se reanuda

el reposo, por yerros alterado,

mi vida humilde, y por humilde, muda.

Y Dios dirá, que está siempre callado.

¡FELICES RECUERDOS!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

"Cinta transportadora"

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Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.

Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!

Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?

Y, sin embargo —esto es un don—, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.

"Don de la ebriedad" Claudio Rodríguez.


Desde el pasado día 22 de Noviembre,espero que se publique pronto"Cinta transportadora" . Supe, por el diario de mi ciudad, que el galardón del 'VII Premio de Poesía Claudio Rodríguez' le ha sido otorgado al poeta y cantautor Ángel Petisme y me alegré enormemente. Para que voy a decir más, son varias las coincidencias. Claudio Rodríguez fue (es) uno de los poetas con los que crecí (crezco) y a Petisme lo descubrí en otra serie de coincidencias no menos gratas.
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Con gran ansia he buscado, desde entonces, algún poema de su libro inédito y, hoy, me he encontrado con el que abrirá el poemario:

"Cinta transportadora"

Mi corazón es una tarjeta de embarque
a un cruce de caminos del círculo polar,
a un Gran Silencio que me busca los labios.
Sin gallos que le despierten,
sin kiwis al desayuno. Sin piedad.
Mi corazón es un fósil astral.
Una maleta no reclamada
que gira en la cinta transportadora.

¡Enhorabuena! ¡ Es precioso! Espero que el autor no me regañe por haberlo incluido en el blog porque, desde ahora, también él estará entre mis poetas favoritos.
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